Barcina y Rajoy estampan su firma para ir juntos a los comicios del 20N
El cabeza de lista del Partido Popular llegó ayer a Iruñea para formalizar el acuerdo entre UPN y PP para concurrir de la mano a las próximas elecciones al Congreso de Madrid. Mientras que la presidenta navarra justificó el pacto en la ideología de «centroderecha» y como único remedio para frenar a Amaiur, Mariano Rajoy desarrolló un discurso propio de la precampaña y únicamente habló de economía.
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
Los líderes de UPN y PP, Yolanda Barcina y Mariano Rajoy, cumplieron ayer con la formalidad de estampar su firma en el acuerdo para ir juntos a las elecciones. Ambos dejaron claro que se trata de un acuerdo de cara a Madrid, ya que ambos tienen un concepto de «España» muy similar y que esta decisión no afecta de ningún modo a la gobernabilidad de Nafarroa, a pesar de las manifestaciones de disgusto que lanzó el líder del PSN, Roberto Jiménez, cuando se hizo público el pacto.
Para estas segundas nupcias, UPN y PP se han marcado otras reglas del juego. La principal es que los diputados de la coalición que salgan elegidos el 20 de noviembre no se sentarán en la bancada del Partido Popular, sino que tienen pensado integrarse en el Grupo Mixto para conseguir una voz propia en la Cámara. Por otra parte, se ha segmentado con nitidez qué peso tiene cada formación dentro de la coalición. UPN se reserva el cabeza de lista y el tercer y cuarto aspirante, mientras que el PP elegirá al segundo, garantizándose de esta forma que uno de los suyos obtendrá el escaño.
«A más Navarra, más España»
El principal argumento de Barcina, el que repitió como consigna electoral, es que «con este acuerdo gana Navarra y, a más Navarra, más España». Luego explicó que la «situación así lo exige», porque en estas elecciones no se puede «perder ni un voto del centroderecha».
La presidenta subrayó el cambio que supone que sus candidatos se sienten en el Grupo Mixto. «Así la voz mayoritaria de Navarra podrá escucharse y no se distorsionará como con Bildu o NaBai, cuya ideología es minoritaria», enfatizó Barcina en su discurso. La presidenta incidió en que hay que «poner freno» a los nacionalistas «que quieren que Navarra desaparezca e, incluso, la independencia».
Por otro lado, Yolanda Barcina intentó trasladar a la ciudadanía que el regreso al pacto con Rajoy es «coherente», dado que UPN y PP han concurrido como una única formación a las elecciones al Congreso español desde 1982. «Si este pacto no se hubiera suscrito, nuestro electorado tendría que pensárselo más», apostilló la presidenta del Ejecutivo navarro, que fue la primera en tomar la palabra tras rubricar el acuerdo.
Por su parte, Rajoy se ciñó a lanzar un mensaje al Estado, sin entrar en la situación de Nafarroa. Explicó que este pacto es uno más de los que intentarán adquirir con formaciones regionalistas. Sí que aprovechó para respaldar el trabajo de sus correligionarios en Iruñea, de quienes dijo que trabajaron en favor de alcanzar el acuerdo desde el primer momento. El líder del PP habló únicamente de economía y de la necesidad de un «cambio» para sacar al Estado español de la crisis. Rajoy adelantó una reforma laboral para mejorar la competitividad de las empresas, pero sin concretar. Dijo que hay que profundizar en la remodelación bancaria y mantener un déficit del 4,4%.
Apenas 24 horas después de que Barcina se fotografiara con su segundo en el Gobierno, el líder del PSN, Roberto Jiménez, ayer posó con el presidente del PP en Nafarroa, Santiago Cervera, y con Mariano Rajoy.
Rajoy apuntó ayer que «el PP está presente en toda España y estará en Navarra también», en referencia a que este nuevo acuerdo con UPN no significa que ambas siglas se fusionen completamente como antes de la escisión.
Contrariamente a lo que esperaban algunos medios, la ceremonia de la firma del acuerdo no sirvió para anticipar cuáles serán los elegidos para conformar la lista conjunta. No hay muchas dudas sobre quién será el elegido por UPN para ser el primero en la papeleta. Carlos Salvador tiene todas las papeletas para repetir. Más complicado lo tiene Santiago Cervera, quien también ha sido diputado y, de hecho, aparece en las quinielas como posible ministro.
Para el líder del PPN no resultaría nada cómodo figurar como segundo, dado que se vería obligado a sentarse en el Grupo Mixto y esto torpedearía en cierta medida su posibilidad de hacerse con una cartera. Además, se da la circunstancia de que Salvador y Cervera eran diputados de UPN cuando se produjo la fractura que derivó en la escisión del PPN. Mientras que Salvador permaneció fiel a su dirección en Iruñea, Cervera apostó por plegarse a Génova. Por todo ello, una nueva papeleta con estos dos nombres sería bastante paradójica. Si Cervera accede a ser el segundo y, después, es nombrado ministro, lo lógico es que le sustituyera en el escaño el número tres que, según el pacto, corresponde a UPN. A.I.
