Miguel Madariaga e Igor González de Galdeano escenificaron ayer un final amistoso, al pasar la mañana juntos desde la misa de San Miguel de Aralar a la que acudieron a agradecer al Santo los éxitos de la temporada. Desmienten problemas entre ellos que justifiquen la decisión del gasteiztarra de renunciar al cargo de mánager de Euskaltel, que el alma mater de la Fundación achaca al desgaste que le ha supuesto asumir el trabajo de conseguir se valore al equipo y que los patrocinadores aumenten el presupuesto para poder seguir en el World Tour.

Madariaga explica a GARA que «Igor me dijo que pasó un final de año muy malo, antes del Giro que estaba muy cansado y el Tour le marcó mucho, y eso que hicimos un gran Tour. Se ha quemado en los despachos. Lo que más le ha marcado es la relación con los sponsors y las instituciones y que algunos medios no valoraran el trabajo de este equipo y este proyecto».

Admitía que la decisión de González de Galdeano ha sido un golpe «muy duro. Confiaba, confío y confiaré en Igor. Es un grandísimo profesional, me entendió el fondo de este proyecto, pero la injusticia que ve en los despachos ha sido muy dura. Es el mejor fichaje que he hecho en mi vida, la persona que me ha demostrado lo que hay que hacer para conseguir lo que hemos conseguido. Nunca olvidaré el trabajo, la forma de ser y la profesionalidad de Igor».

El tema económico

Madariaga venía a justificar la dimisión como una consecuencia de las dificultades económicas: «No podemos seguir con el presupuesto más corto del World Tour. Nos van a pedir para renovar la licencia para cuatro años, de 2013 a 2016, un soporte económico y no sé si vamos a poder. Los sponsors tendrán que decir. El balance deportivo con Igor ha sido sensacional, hemos pasado de ser un equipo que parecía el ejército de Pancho Villa a ser el buque insignia del ciclismo. Este proyecto que es de Euskadi para Euskadi habrá que valorar si quieren que sigamos por ese camino».

En la misma línea, Igor González de Galdeano comentaba a GARA que «el proyecto está consolidado tras 19 años. El ciclismo va a más global, los equipos se unen y aparecen nuevos proyectos con grandes presupuestos. Debemos seguir creciendo. Si ahora es un equipo rentable y sólido, si se decide dar un paso atrás, de ese error nos arrepentiremos el resto de nuestra vida».

Ante la sorpresa que ha causado su decisión, explica que «mucha gente no entiende que cuando el proyecto está en lo más alto uno decida buscarse un descanso. Sin darme cuenta he llegado a un cansancio mental importante. Este equipo necesita compromiso e ilusión. Es un proyecto diferente, con una masa social importante, políticamente está con las instituciones muy metido... Es un proyecto de país muy diferente a los demás y eso me ha llevado a un cansancio y a pedirle a Miguel que necesito descansar».

Hace un balance positivo de sus seis años en Euskaltel: «Hemos logrado gracias al trabajo lo que parecía más complicado al principio. Me encontré un equipo que estaba mal, con muchos conflictos internos y situaciones muy complicadas que en todos los equipos se dan. Con la ayuda de Miguel tomamos una serie de decisiones difíciles y prescindimos de gente muy arraigada dentro del proyecto y que parecía imposible que se pudiera seguir sin ellos. Hicimos una apuesta por otros técnicos como Gorka Gerrikagoitia, que le veo muy válido para sustituirme y, a partir de ahí, hemos hecho un proyecto sólido y ahora hemos conseguido entre todos hacer un equipo unido».

Descarta que abandone Euskaltel porque tenga otra oferta y señala que seguirá hasta el 31 de diciembre en su puesto para ayudar a Gerrikagoitia: «Lo que quiero es fortalecer el relevo, que no sea un ahí te quedas. Me interesa que el proyecto de Miguel funcione porque este proyecto no se debe limitar a las personas, sino al conjunto».

Cuando se le pregunta a Madariaga si en el futuro Igor puede volver a Euskaltel responde que «creo que no, porque ha acabado muy cansado y con la calidad profesional que tiene le van a llover otras ofertas».