Sin togas, corbatas u otro tipo de parafernalias oficiales, pero sí con la cacharrería pertinente, Jaume Clotet Paca y David Palmada Pelut han ofrecido recientemente una clase magistral. Como cabía esperar, estos dos doctores de las artes de la escalada artificial se han subido a un atril especial que nada tiene que ver con cuatro paredes, sino con una y muy vertical. Esta vez la cátedra se ha desarrollado en el paraninfo de la cara sur del Mallo Pisón (Riglos).

En esta ocasión estos dos grandes exponentes del artificial se han recreado con una nueva línea donde la escalada libre es la reina del lugar. Por eso, con su cátedra han querido darle una nueva vuelta de tuerca a la realidad riglera. Allí, donde ya casi no cabía ni un alfiler, Paca y Pelut han abierto una ruta de 315 metros y dificultades de A5/Vº B3. «Sin chapas y a lo loco» es el título de la nueva ponencia de los dos escaladores y aperturistas catalanes; una ponencia que lleva un sello especial: la no utilización de expansivos.

Riglos, apertura extrema en artificial, sin expansivos... exquisiteces que solo pueden firmar doctores adelantados como los protagonistas de estas líneas. La presentación de la nueva ponencia riglera nacía de una propuesta que otro gran escalador y aperturista, Armand Ballart, les hizo a Paca y Pelut. Este último afirmaba a GARA que Ballart les propuso la posible última línea que quedaba por abrir en la sur del Pisón: «La roca en su parte baja deja mucho que desear, y Armand nos enseña por dónde puede ir más o menos. Paca no tarda en involucrarme en el proyecto y yo acepto pero con una condición: vamos a ir sin chapas y a lo loco».

La segunda parte de la ponencia no es otra que el «manos a la obra». Se desarrolló entre el 22 y 28 de agosto. Ya desde el primer largo, los aperturistas chocan de frente contra el carácter que a partir de ese momento tomaría toda la escalada. Según adelanta Pelut, exposición y delicadeza serán dos de los términos que más fuerza tomarán: «La pared se desmonta, es muy terrosa, los seguros no quedan nada sólidos... esto empieza demasiado interesante. El estado de excitación es máximo. Escondido en la cuevecita de pie voy observando cómo los bolos se incrustan en el suelo. Paca me pasa el testigo, y, después de una buena sesión de martillo consigo montar la primera reunión. ¡Vaya mierda!»

Y todo ello, como máxima de su filosofía, sin la utilización de expansivos en toda la apertura; un «dolor» de cabeza más para sus reivindicadores: «La diferencia del non expansion es que cuando estás hasta el gorro de todo, cuando tu muñeca pide clemencia a gritos, no puedes poner una chapa y bajarte. Cuando llegas a un emplazamiento que parece bueno para una reunión puedes tardar dos horas en montar algo con un mínimo de condiciones para soportar nuestro peso. Además realizamos la apertura en agosto donde la temperatura en la pared te revienta la cabeza».

Segundo asalto

Tras siete días de trabajo, los catalanes «solo» logran abrir los primeros cuatro largos. Es hora de bajarse de la tapia, tomarse unos días de descanso y pillar más material. Con el último día de agosto, Paca y Pelut vuelven a la faena para terminar con la tercera parte de la ponencia. Cinco días después, el 5 de setiembre, los dos protagonistas se encuentran en la cima del Pisón. Pero antes, el desarrollo de la acción impone su poder: «Pasando el primer vivac dan días de tormentas y alertas rojas, y, cómo no, la predicción no falló y nos mojamos ya que los toldos de nuestras hamacas no aguantaron los chaparrones. Y menos mal que solo llovió un día».

Hacen un cambio de campo de hamacas, y las cuelgan en la séptima reunión, en una mini repisa con mucho ambiente y vacío. A partir de ahí, dos largos más y a la cima: «Seguimos empeñados en tirar por lo más tieso que podemos, siempre y cuando la roca nos deja. El último largo sale desplomado del techito que se ve desde el suelo y coge toda una proa de roca excelente que pone punto y final a un muy buen largo. 15 metros más de IVº y cima. La toma del Pisón sin expansivos puede sonar un poco hortera, pero ha sido una escalada intensa que nos ha dado muchas emociones y sentimientos».