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PRIMERA

La Real da vida al Athletic

Dos goles de Fernando Llorente permitieron a los rojiblancos lograr su primera victoria en Liga tras ser muy superiores en el primer tiempo y sobrevivir luego a los únicos veinte minutos en los que los blanquiazules estuvieron a la altura de lo que demanda un derbi.

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REAL SOCIEDAD 1

ATHLETIC CLUB 2

Joseba ITURRIA

La Real no estuvo a la altura de lo que exige un derbi y de lo que merecía su afición y permitió al Athletic lograr la primera victoria en Liga gracias a dos goles de Llorente, el mejor de un partido en el que su equipo jugó a placer en el primer tiempo y tuvo el acierto de marcar el 1-2 en el momento más oportuno.

Lo consiguió tras los primeros veinte minutos del segundo tiempo, los únicos en los que la Real jugó bien. Su primer tiempo fue pésimo. Se puede ganar o perder, jugar mejor o peor, pero en ningún partido, y menos en un derbi, se puede salir así. Y no vale la excusa del sol y de los 30 grados que incomodaban igual a los dos. El Athletic llegaba tras hacer un gran esfuerzo el jueves y era el equipo que más debía acusarlo y acabó más fresco porque la Real le permitió jugar a placer, con total comodidad.

Montanier pareció encomendar a Agirretxe la misión de presionar a Javi Martínez, al que Bielsa volvió a colocar de central por la baja de Ekiza para mejorar la salida del balón. Amorebieta se convirtió en la fuente creativa rojiblanca sin ser presionado en ningún momento. Ni él ni Gurpegi. La Real jugaba en su campo con una defensa adelantada y cinco centrocampistas cuando no tenía el balón. O sea, en la mayor parte del primer tiempo.

Pero no sólo permitió sacar el balón a Amorebieta sin oposición. Juntar las dos líneas y acumular hombres en unos pocos metros tampoco impidió que el Athletic creara oportunidades con facilidad por su banda izquierda, donde De Marcos profundizaba continuamente para apoyar a Iraola y Susaeta. Así se plantó sin oposición en el minuto 1 ante Bravo, que detuvo su primer disparo. El rechace lo envió Fernando Llorente al poste tras golpear en Demidov.

Fueron cuatro minutos iniciales de acoso rojiblanco, con tres remates, el tercero fue de Gurpegi de cabeza, y dos corners. Luego Muniain aprovechó una pérdida de Agirretxe para plantarse ante Bravo sin que Illarramendi e Iñigo Martínez pudieran ni tan siquiera hacerle falta. Su remate se encontró con una gran mano del portero chileno.

Tuvo que ser Llorente el que tradujera en el marcador la superioridad rojiblanca en una acción que, como la gran mayoría, llegó por la izquierda. De Marcos de nuevo entró por esa banda y centró, el riojano superó a Demidov con un reverso y marcó con el exterior de su bota derecha.

Ni el gol hizo cambiar la actitud de la Real, que siguió igual, metida en su campo, sin balón y sin presionar a Amorebieta y el inicio del juego rival. Cuando lo recuperaba lo hacía lejos de la meta rival y en todo el primer tiempo apenas se pudieron contabilizar un cabezazo que no encontró portería de Agirretxe en el minuto 42 y un remate de Iñigo Martínez sin ningún peligro.

Reacción blanquiazul

Adelantó líneas el equipo blanquiazul en el comienzo del segundo tiempo, en el que avisó de entrada con un disparo de Zurutuza. Sólo con realizar una mínima presión fue capaz de poner en serios aprietos al Athletic en veinte minutos.

Javi Martínez estuvo providencial para evitar un remate de Agirretxe en una de las pocas ocasiones en las que Xabi Prieto superó a Aurtenetxe, luego el navarro estuvo envuelto en una jugada polémica con Iñigo Martínez, en la que los realistas reclamaron pena máxima, y en la acción posterior Gurpegi cometió un claro penalti por mano que el árbitro no sancionó.

Estas dos acciones encendieron al público realista y a su equipo, que se vinieron arriba con el gol que Xabi Alonso definía horas después en su twitter como el mejor de la historia de Anoeta por su golpeo perfecto. Iñigo Martínez buscó el disparo desde campo propio y sorprendió a un Iraizoz que tampoco estaba tan adelantado. El mérito del central es mayor que el demérito del guardameta.

El Athletic acusó el golpe y el derbi vivió sus minutos claves al repeler el poste un remate claro de Griezmann y responder Iraizoz con una buena parada al cabezazo posterior de Agirretxe. El partido parecía encaminado a la remontada, pero la Real volvió a cometer el mismo error del primer tiempo al permitir jugar el balón sin oposición a Amorebieta en la mitad del campo realista.

A ningún jugador de Primera se le pueden dar tantas facilidades, pero el de Iurreta además no es de los centrales con menos calidad. Zurutuza, como todo el partido, le presionó sólo con la mirada y Llorente ganó la espalda con demasiada facilidad a Iñigo Martínez para batir a Bravo con un remate muy meritorio.

Quedaban 25 minutos para que Fernández Borbalán pitara el final, pero ahí acabó el partido porque la Real no ofreció reacción ni en el campo ni desde el banquillo. A pesar de que Mariga, Zurutuza, Griezmann e incluso Agirretxe pedían el cambio a gritos, Montanier no efectuó el primero hasta el minuto 78 sin que Sarpong justificara que fuera el primer recambio elegido.

Luego el normando accedió a la petición popular de dar los primeros minutos de la temporada a Joseba Llorente, que en una jugada de fortuna habilitó a Agirretxe para la única opción de peligro realista de la última media hora de partido. Pero los cambios aportaron poco y resulta difícil de comprender que un jugador como Aranburu, uno de los mejores en la última victoria ante el Granada, no haya jugado ningún minuto en las últimas dos derrotas a pesar de que Zurutuza está muy bajo de juego y físicamente en este inicio liguero. La Real estaba agotada, parecía que era la que había jugado el jueves, y no llegó a realizar el tercer cambio.

El Athletic acabó mejor

Mejor estuvo Bielsa con los cambios porque Iturraspe dio más consistencia al centro del campo, San José cumplió para sustituir a Javi Martínez tras sufrir un traumatismo torácico y Toquero tuvo las mejores opciones de los últimos minutos. Así el Athletic controló el final de partido casi con tanta comodidad como la que tuvo en el primer tiempo y estuvo más cerca su tercer tanto que del empate el equipo blanquiazul.

Por eso, aunque el partido pudo ser diferente de sancionar Fernández Borbalán el claro penalti de Gurpegi, la victoria visitante se correspondió a los méritos de unos y otros. El Athletic jugó bien, controló más la posesión del balón y destacó sobre todo su disposición a trabajar en la línea de lo que reclamaba Bielsa. Ver a un jugador de la calidad de Llorente correr para ocupar su posición de presión era un lujo.

Todo lo contrario que la Real. El nuevo estilo de juego de Montanier se basaba en tener el balón y en presionar arriba para recuperarlo. Ayer el balón estuvo la mayor parte del tiempo domesticado por los jugadores rojiblancos, pero lo peor es la falta de presión. Al final el que más presiona es el que menos tiene que hacerlo por los espacios que eso genera a sus espaldas, Illarramendi, cuando se supone que Mariga, sobre todo, y Zurutuza son los jugadores indicados para realizar ese trabajo.

Estaba previsto que adaptarse a este nuevo estilo iba a costar su tiempo, pero lo preocupante es que cuanto más avanza la temporada se aleja más de la idea original, todo lo contrario que el Athletic, que ayer en Anoeta dio la sensación de que empieza a asimilar las ideas de Bielsa.

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