Los mercados dan por concluida la fase de incertidumbre sobre el impago de Grecia y ahora quieren conocer, finalmente, qué porcentaje de quita se aplicará a la deuda. Mientras tanto, los organismos europeos, el FMI y Atenas tratan de ganar tiempo antes de sucumbir a esta realidad: la imposibilidad de cumplir con los acuerdos de contención del déficit ni este año ni el próximo. En la sesión de ayer, los inversores comenzaron a digerir lo inevitable mediante la venta generalizada, aunque sin pánico alguno. Así las cosas, la crisis helena frenaba a las bolsas, que tampoco prestaban la suficiente atención a los buenos datos del ISM manufacturero de setiembre y de gastos en construcción de agosto en Estados Unidos. El Ibex se dejó un 2,26%, hasta los 8.353,80 puntos. El resto de índices europeos concluyó también en rojo. París cayó un 1,85%, Fráncfort un 2,28%, y Londres un 1,03%. El pesimismo sobre la solución de la deuda griega y la elevación de la prima de riesgo lastró especialmente a la banca. En el Ibex, BBVA cedió un 3,56%, Santander un 3,50%, Sabadell un 2,38%, y Popular un 2,16%. Por su parte, Bankia se dejó un 1,64% en el día de su estreno dentro del Ibex. Todos los grandes valores perdieron terreno, mientras que Ebro Foods (+3,31%) lideró las ganancias. En París, los mayores recortes fueron para Alcatel-Lucent (-11,61%) y Technip (-6,39%). El sector financiero sufrió otra vez por su exposición a la deuda griega. Société Générale bajó un 5,15%, BNP Paribas un 4,64%, y Crédit Agricole un 3,84%. Pinault-Printemps (+3,45%) fue el mejor de los seis ganadores.