LIGA DE CAMPEONES MASCULINA
Aginagalde brilló a gran altura en la pista del Silkeborg
J.C.E.
La Liga de campeones masculina arrancaba el fin de semana con 24 equipos divididos en cuatro grupos de seis, en busca de las 16 plazas para 1/8 de final.
En el grupo A destacaba el Barcelona-Chambery (28-25). Los catalanes fueron por detrás toda la primera parte, se encomendaron a su portero Saric en la segunda (20 paradas en total, cinco de penalti), y doblegaron a los franceses en el tramo final (destacada actuación de su meta Dumoulin y del croata Bicanic, ex de Ademar, máximo goleador del partido con 8 tantos).
En el grupo B el irundarra Julen Aginagalde fue la clave en la pista del Silkeborg danés. Los locales, con el joven portero Landin jaleado por 11.000 espectadores, pusieron el partido muy dificil al At. de Madrid, donde Sterbik dio la réplica al meta local y Aginagalde fue una pesadilla para la defensa danesa, con 9 goles, además de los penaltis y las exclusiones que forzó.
En este grupo se produjo el único empate de la jornada, en la pista del Chekhovskie Medvedi ruso, frente al Füchse Berlin donde juega Iker Romero, que no logró estrenar su casillero. El lateral izquierdo alemán Christophersen, con 9 tantos, fue su principal argumento ofensivo.
El único partido de la jornada que se resolvió por un gol fue el Wisla Plock-Constanta del Grupo C (30-29). Los rumanos ganaban por 25-29, pero los polacos marcaron cinco goles en cuatro minutos, el último que le daba la victoria a cargo de Kubisztal (8 goles en el partido), dejando sin premio el trabajo del Constanta y los 10 tantos de Stamate.
Por último, el Grupo D fue un espectáculo de goles. Montpellier y Ademar León protagonizaron el partido con más tantos de la jornada, 72 (38-34), y entre los tres partidos del grupo sumaron 192, una media de 64 por partido, lejos de los 173 del grupo B, 166 del A y 162 del C.
El THW Kiel logró 12 goles de diferencia frente al Pick Szeged húngaro (26-38), la misma que consiguió el Hamburgo frente al St. Petersburg en el grupo C (32-20), con la diferencia de que la paliza del Kiel fue a domicilio.