Numerosas autoridades asistieron ayer en Gernika al acto de inauguración de la primera planta de trasferencia de residuos industriales no peligrosos de la CAV, unas instalaciones en las que tanto el Consistorio de esta localidad como la Diputación de Bizkaia y la compañía Cespa han invertido 200.000 euros.

La planta, que ocupa una parcela municipal de 588 metros cuadrados en el polígono industrial de La Vega, servirá para seleccionar y clasificar papel, cartón, plásticos, neumáticos, cristales, metales y productos tóxicos a baja escala como disolventes, para distribuirlos después hacia un gestor apropiado. De esta forma, funcionará como etapa intermedia entre la recogida de materiales y su posterior reutilización como subproducto.

Según explicaron el alcalde de Gernika, José María Gorroño, y la edil de Servicios y Medio Ambiente, Goizargi Etxeandia, la planta entró en funcionamiento hace unos meses, pero con la nueva inversión efectuada se pretende eliminar los contenedores instalados en las inmediaciones de las empresas y los talleres del polígono de La Vega para que trasladen sus residuos a este centro.

Desde enero, ha recibido 1.750 entradas de desechos, de los que 1.309 han sido de particulares y 441 de empresas. Las instalaciones disponen de un almacén de residuos peligrosos de 21 metros cuadrados, dos autocompactadoras con una capacidad de 20 metros cúbicos y un total de cinco contenedores de siete metros cúbicos.