Karzai reconoce su fracaso y el de la OTAN en materia de seguridad
Hamid Karzai admitió ayer que su Gobierno y las tropas extranjeras que invadieron y ocuparon Afganistán hace diez años lideradas por EEUU y bajo el paraguas de la OTAN «lo hemos hecho muy mal» a la hora de garantizar la seguridad y la estabilidad del país, mientras los talibanes atribuían la retirada de las tropas de ocupación, que está previsto concluya en 2014, a la resistencia. Esta guerra ha causado cerca de 50.000 muertos, unos 14.000 de ellos civiles.
GARA | KABUL
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, reconoció ayer que, diez años después de la intervención militar aliada para derrocar a los talibanes, su Gobierno y la OTAN han fracasado en garantizar la seguridad de la población.
En una entrevista con la cadena británica BBC, recogida por Efe, con motivo del décimo aniversario de la invasión y posterior ocupación, Karzai consideró que la inseguridad es consecuencia de la estrategia militar aplicada en los primeros años del conflicto bélico y del fracaso en el control de los talibanes refugiados en áreas tribales de Pakistán.
«La OTAN, EEUU y nuestros vecinos en Pakistán debieron concentrarse hace mucho tiempo, a comienzos de 2002-2003, en los santuarios» de los talibanes, afirmó Karzai.
Si bien destacó los avances conseguidos en áreas como la educación y la sanidad, admitió que la seguridad ha sido el mayor revés. «Lo hemos hecho muy mal en garantizar la seguridad a la población afgana y ese es el mayor defecto de nuestro Gobierno y de nuestros socios internacionales», puntualizó.
«Lo que deberíamos hacer -añadió- es facilitar un medio ambiente mejor y más predecible en materia de seguridad para los afganos y en ello la comunidad internacional y el Gobierno afgano han fracasado».
En los últimos meses se han producido varios ataques contra importantes ciudades afganas.
Los talibanes han realizado ataques espectaculares, resaltó Karzai, y puntualizó que «estos problemas proceden del extranjero», en referencia a Pakistán.
Respecto a la política general de Pakistán hacia Afganistán y los talibanes, aseguró que «los talibanes no podrán mover un dedo sin el apoyo de Pakistán».
Para el mandatario afgano, la cooperación de Pakistán con su Gobierno es importante para combatir a los talibanes.
Corrupción por los extranjeros
Karzai, que prometió dejar el poder en 2014, estimó que la situación de corrupción que se ha producido bajo su Gobierno mejorará en 2014 una vez que se retiren las tropas extranjeras. «Una parte muy importante de la gran corrupción en Afganistán procede de la comunidad internacional», sostuvo.
Por contra, su homólogo estadounidense, Barack Obama, afirmó que Afganistán es hoy día más seguro gracias a los sacrificios de los soldados, analistas de inteligencia y personal civil destacado allí en la última década. En una declaración pública al cumplirse el décimo aniversario del conflicto, Obama rindió homenaje a los cerca de 1.700 soldados de EEUU muertos en la guerra, así como a los caídos de la coalición internacional y afganos en un comunicado oficial.
«Nuestros ciudadanos están hoy más a salvo y nuestro país es más seguro» gracias a su labor, señaló Obama, al indicar que «hoy -por ayer- hace diez años que, en respuesta a los atentados del 11 de setiembre de 2001, nuestro país fue a la guerra contra Al-Qaeda y sus protectores talibanes en Afganistán».
Citó la muerte de Osama binLaden, enumeró entre los logros de la guerra el haber expulsado a los talibanes de «sus refugios clave» y mantuvo que las fuerzas de seguridad afganas son más fuertes y «el pueblo afgano tiene la oportunidad de forjar su propio futuro».
«Hemos demostrado que EEUU no está, y nunca estará, en guerra con el Islam y somos socios de aquellos que buscan la justicia, la dignidad y la oportunidad», señaló sin empacho el presidente estadounidense.
El comunicado es la única conmemoración pública del aniversario de una guerra que ha costado cientos de millones de dóla- res, en la que ha combatido medio millón de soldados de EEUU y que se ha prolongado mucho más de lo que calculaban quienes la impulsaron y apoyaron.
De acuerdo con un reciente informe de la universidad estadounidense de Brown, el conflicto ha ocasionado hasta la fecha entre 34.000 y 46.000 muertos (afganos y extranjeros), de los que unos 14.000 -más de 10.000, según la ONU- son civiles y 2.753, soldados extranjeros, la mayoría de EEUU.
Hamid Karzai volvió a defender la negociación con la insurgencia talibán para poner fin al conflicto, pero aseguró no saber «con quién hablar» o «a qué puerta llamar» para iniciar las conversaciones.
El general Stanley McChrystal, ex comandante de las fuerzas de ocupación, admitió que EEUU y sus aliados tuvieron «un enfoque terriblemente simplista» del país y de su historia. «No sabíamos y todavía no sabemos gran cosa» de la cultura afgana, reconoció.
Los talibanes se felicitaron del éxito de sus diez años de «resistencia», a la que atribuyeron el inicio de la retirada del país de las fuerzas extranjeras lideradas por EEUU. «La intención de una ocupación permanente fue cambiada hacia una retirada de esta tierra», subrayó el movimiento integrista islámico en un comunicado.
Los insurgentes argumentaron que su «alta moral», «la fe en Alá» y «los grandes sacrificios» permitieron mantener «viva la Yihad (guerra santa)» que finalmente ha forzado la salida de las tropas extranjeras. Y advirtieron de que «una estancia prolongada de las tropas de EEUU no aportará ningún resultado sino más gastos, errores y humillación».
Afirmaron que «durante la última década, EEUU privó a los afganos de sus propias leyes islámicas y de la seguridad y la estabilidad, pero la nación afgana ha demostrado que está dispuesta a luchar contra el invasor».
El régimen talibán, que gobernaba Afganistán el 7 de octubre de 2001, cuando comenzaron los bombardeos de los países occidentales, fue derrocado en pocas semanas tras negarse a entregar a Bin Laden, pero reconstituyó sus fuerzas y ha mantenido una sangrienta insurgencia contra el presidente títere, Hamid Karzai, y las tropas extranjeras que lo sostienen.
«Bajo el disfraz de la democracia, la cooperación, la paz y la lucha contra el terrorismo, la injerencia de EEUU en países independientes no tiene otra finalidad que la explotación», subrayaron los talibanes, que calificaron a los estadounidenses de «gente cruel y despiadada, que no reculará ante ningún crimen para lograr sus objetivos». GARA