El cubano René González, preso en EEUU desde hace 13 años, fue liberado ayer de una cárcel de Marianna, Florida, aunque se le obligará a permanecer en ese país en régimen de libertad vigilada durante tres años.

González salió de la cárcel a las 4.30 del viernes (hora local) y a la salida del penal lo esperaban sus dos hijas, su hermano y su padre, además de su abogado, Philip Horowitz, según informó Telesur.

Horowitz explicó que René se encuentra en buen estado de salud. Aunque pudo reunirse con la mayoría de sus familiares no puede ver a su madre ni a su esposa, ya que el Gobierno de Washington no les otorgó el visado. Desde Cuba, la corresponsal de Telesur informó de que durante la tarde de ayer representantes de varias confesiones religiosas tenían previsto hacer una proclama del Comité de Solidaridad por el caso de los «Cinco Héroes».

González espera ahora a que la jueza Joan Lenard le informe sobre las condiciones de la libertad vigilada, calificada de «decisión sin precedentes» por expertos. La jueza Lenard, del Distrito Sur de la Florida, rechazó el 16 de setiembre la moción presentada por González en la que solicitaba permiso para viajar a Cuba y residir en la isla, en vez de saldar los tres años de libertad vigilada en EEUU.

Tanto González, como Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González fueron declarados culpables de espionaje en junio de 2001, y en diciembre de ese año y se les impusieron penas desde 15 años de prisión a cadena perpetua. Las autoridades cubanas reconocen que se trata de espías pero siempre han dejado claro que su único objetivo era recabar información sobre «proyectos terroristas» de los grupos de cubanos en Florida, y no espiar al Gobierno de EEUU.

La Habana reclamó el retorno inmediato del agente liberado, al que considera un héroe, al igual que el resto de condenados por este caso.

En peligro

El comité de EEUU por la libertad de los Cinco ha denunciado que, después de 13 años alejado de sus familiares en Cuba, obligar a González a quedarse en EEUU, donde corre muchos riesgos, supone otro atentado contra sus derechos humanos. Como ejemplo, recordó las pala- bras de la congresista por Florida Ileana Ros-Lehtinen, quien declaró al recién excarcelado «enemigo de América».

Subrayó que tales palabras suponen una incitación a la violencia y «demuestran muy claramente la necesidad de que se le permita retornar inmediatamente a Cuba».