Un triple Nobel de la Paz premia la lucha por los derechos de las mujeres
El Nobel de la Paz de 2012 ha querido reconocer la lucha por los derechos de la mujer en África y los países árabes, con un esperado guiño a las revueltas árabes. La presidenta de Liberia, Ellen Johnson, su compatriota Leymah Gbowee -activista por el fin de la guerra en su país- y la yemení Tawa-kkol Karman -protagonista de la lucha contra el régimen de Saleh- han sido las galardonadas por su lucha y «su contribución a la construcción de la paz».
GARA | OSLO
Tres mujeres han recibido el Nobel de la Paz de 2011: la presidenta de Liberia Ellen Johnson Sirleaf, su compatriota Leymah Gbowee, y la yemení Tawakkol Karman por su «lucha no violenta por la seguridad de las mujeres y de su derecho a participar en el trabajo de construcción de la paz», según el secretario del Comité Nobel noruego, Thorbjoern Jagland.
El comité ha valorado que Elle Johnson Sirleaf, de 72 años, haya contribuido a la reconstrucción de un país devastado por 14 años de guerras civiles, que causaron unas 250.000 muertes y destruyeron su economía .
Esta «dama de hierro», como es conocida, recibe el Nobel sólo cuatro días antes de que tengan lugar las elecciones presidenciales en las que opta a un segundo mandato, lo que ha encendido la polémica en Liberia. «Es un premio para todo el pueblo liberiano», afirmó la presidenta, cuya popularidad en el extranjero no se corresponde con su imagen en el país, donde se le reprocha no haber cumplido sus promesas en materia económica y social y no haber hecho lo suficiente por la reconciliación nacional. Aunque en un principio apoyó a Charles Taylor en su golpe de Estado, Sirleaf se convirtió luego en una dura adversaria, contra los actos que llevaron al ex presidente (1997-2003) a ser juzgado en La Haya por crímenes de guerra y contra la humanidad.
Uno de los factores de su acceso al poder fue precisamente la lucha de otra premiada, Leymah Gbowee, activista por la paz que impulsó en 2002 del movimiento multiétnico Women of Liberia Mass Action for Peace, que pondría fin a la segunda guerra civil en su país un año después, y ha trabajado por aumentar la influencia de las mujeres en África. Una iniciativa de esta trabajadora social de 39 años propuso en 2003 a las mujeres rehusar mantener relaciones sexuales con los hombres hasta que cesaran las hostilidades. Su trabajo obligó a Taylor a incorporarlas a las negociaciones de paz poco antes de su caída. La tercera laureada, Tawakkol Karman, periodista de 32 años, es una figura emblemática del levantamiento popular en Yemen, país donde las mujeres están apartadas del primer plano en política. Es la primera mujer árabe que recibe el Nobel.
Fundadora del grupo «Mujeres periodistas sin cadenas», esta joven de apariencia frágil, madre de tres niños, fue una de las principales líderes de las manifestaciones estudiantiles de enero con las que arrancó la revuelta contra Saleh, pero ya era conocida por organizar manifestaciones y acampadas contra el gobierno desde 2007.
Sólo 12 mujeres habían recibido el Nobel de la Paz en 100 años de historia, la última, en 2004, la recientemente fallecida Wangari Maathai. Las tres activistas se repartirán los 10 millones de coronas suecas (1,1 millones de euros) con que está dotado el premio, que se entregará el 10 de diciembre en una doble ceremonia en Estocolmo y en Oslo.
La activista yemení Tawakul Karman, dedicó el Nobel a «todas las revoluciones árabes», con un recuerdo especial «a la sangre de los mártires y de los heridos». Desde la plaza Al Taguir de Saná, donde permanece acampada en protesta contra el régimen de Ali Abdala Saleh, Karman aseguró que continuará su lucha «contra la opresión y la injusticia hasta conseguir que se juzgue a Saleh». El secretario del Comité Nobel, Thorbjørn Jagland, destacó que el premio distingue trayectorias más duraderas que la «primavera árabe», estimó que estas revueltas ya han sido reconocidas con el galardón a Karman. Sin embargo, obvió la incongruencia de que hace dos años, el presidente de EEUU, Barack Obama recibiera el galardón cuando no llevaba ni un año en el cargo.
Por otro lado, Jagland rechazó las críticas que afirman que el premio a Johnson Sirleaf pueda suponer un apoyo ante las inminentes elecciones en Liberia, al asegurar que el comité «no se fija en cuestiones de política nacional, sino que distingue a las personas por lo que han hecho en el pasado». Pero su principal oponente en las presidenciales, Winston Tubman, criticó un galardón «inaceptable y no merecido». GARA