Mikel INSAUSTI | Crítico cinematográfico
Narcos de Hollywood
En la época del franquismo, cuando Samuel Bronston inició las coproducciones, la imagen del españolito era identificada con la del torero. Pero en Los Ángeles, y menos aún hoy en día, no hay toros; así que los actores y actrices que cruzan el charco para hacer carrera en Hollywood se exponen a un nuevo encasillamiento. A ellos les toca disfrazarse de narcos mexicanos o colombianos, y a ellas de sus mujeres.
Eduardo Noriega es el último en sumarse a la lista engrosada por Jordi Mollà, Óscar Jaenada, Luis Tosar, Carlos Bardem y tantos otros. Encarna al jefe de un cartel mexicano en «The Last Stand», thriller fronterizo dirigido por Kim Jee-woon. Debería ser la oportunidad de su vida, no sólo porque supone el debut del cineasta coreano en Hollywood, sino porque se trata además de la película con la que vuelve a las pantallas Arnold Schwarzenegger, circunstancia que provoca una gran expectación.
A Noriega le han cogido de narco por el apellido, ya que no da el tipo. Hace un par de décadas hubiera pasado por un latin lover, etiqueta que a Antonio Banderas le valió para quedarse definitivamente en la meca del cine.