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Mikel INSAUSTI Crítico cinematográfico

El último en salir del ropero

En el titular de la columna aludo a un tipo de frase muy extendido, pero que me cuesta repetir porque no me gusta nada. Si de algún sitio tenemos que salir a la fuerza es del vientre de nuestra madre, pero luego ya es voluntad de cada uno quedarse o no donde más le apetezca. En los medios no dejan de repetir el maldito tópico, y la última vez que lo he leído ha sido referido al actor Zachary Quinto.

Pero no hay que engañarse: esas salidas medio obligadas medio voluntarias tampoco sirven para acallar los rumores por siempre. De hecho, la noticia venía acompañada del malintencionado comentario sobre que todo puede formar parte de una campaña promocional de la secuela de «Star Trek». Según el chisme, Zachary Quinto habría preferido hacer pública su homosexualidad antes de que los fans de la saga espacial se enterasen por otra fuente.

Pero seamos serios y llamemos a las cosas por su nombre: ¿Alguien se había preguntado realmente sobre la sexualidad de los vulcanitas? El bueno de Leonard Nimoy en sus muchos años como Mr. Spock nunca tuvo ese problema, que ahora recae sobre el heredero del personaje.

Además, las especulaciones están fuera de lugar. El joven actor televisivo no está presentando estos días la vuelta de «Star Trek», sino el estreno cinematográfico de «Margin Call», una película en la que los hombres, heteros o lo que sean, toman grandes decisiones económicas. Y esas decisiones resultan equivocadas de tan forzadas que son. Pero hubo un tiempo mejor en el que existió un espacio libre para todos al que llamaban intimidad.