La exposición «Mariscal Bizi Poza!» es «como un abrazo y muchos besitos»; y, para él, pensar que tras el cuadro que has pintado para ocupar la pared principal de la sala de exposiciones se encuentra el paisaje marino de la playa de la Zurriola le hace «sentirse el rey del mambo». Javier Mariscal (Valencia, 1950) parece salido de uno de sus cómics: hedonista, osado, con un cierto aire a creador loco, es, además de alguien muy divertido en persona, uno de los diseñadores más famosos del ámbito internacional. Su «influencia» llega a tal punto que puede llegar incluso a incitar, sin desearlo posiblemente, a que Carlos Ruiz, director de comunicación y de obra social de la Kutxa, se desprenda de su corbata y se descamise durante la presentación de la exposición que el Estudio Mariscal ha preparado específicamente para la sala Kutxa-kubo.

Colorista y muy completa, ya que abarca todo tipo de proyectos -desde los dibujos de «Chico y Chica», para la película de Trueba hasta sus cómics, pasando por la mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona-, esta muestra preparada por el hermano de Javier Mariscal tiene como elemento central el cuadro y la escultura «Bizi Poza», hechos «en solitario. Tienes que pintar solo, sin que nadie te vea. El resto del trabajo lo hacen grandes equipos».