El espectáculo atrapado por la cola, como las pescadillas, donde se van superponiendo maquillajes y caretas para ir formando una especie de colección de matrioskas desvencijadas que van resolviendo minutos de espectáculo televisivo, del más puro entretenimiento musical desinhibido. Sucede esto, o así se puede interpretar desde una mirada aceptable desde el máximo distanciamiento emocional, al ver «Tú cara me suena», la nueva aparición televisiva de Manel Fuentes, un programa que se emite en horario privilegiado en la televisión con vocación familiar, Antena 3, que además de rezar unida, reírse unida, soliviantarse unida viendo la tele unida debe fomentar la convivencia y ello nos lleva en lógica cartesiana al roce, que puede convertir en coyunda que podría convertirse en procreación.

El programa tiene el formato de espectáculo para descubrir talentos, que recuerda en parte de su esquema a uno de los programas referenciales de esa cadena hace unas décadas, aquel que presentaba Bertín Osborne, que tuvo una réplica con talentosos niños prodigios, pero en esta ocasión se trata de famosos, artistas reconocidos, con currículo propio, imitando a otros cantantes. Por ejemplo, ese tonadillero valenciano de voz de espliego y horchata, Francisco, disfrazado y cantando por Elvis. O a Santiago Segura cantando por Sinatra o más extravagante todavía, a Toñi de Azúcar Morena, cantando por Alaska. O sea, una fiesta de fin de curso, muy divertida, con mucho humor, con un jurado que debe hacer encaje de bolillos, que votan y seleccionan a los que van siguiendo en el programa.

El efecto de ver a personajes que ya son unas máscaras, apropiándose de otros roles, de otros cuerpos, otros gestos, cantando canciones reconocibles es un juego blanco, inocuo, un entretenimiento, que se queda en casi nada. Rizar el rizo. No tiene más enjundia que el aire de compadreo, revoloteo, movimiento sin rumbo que transmite y para descubrir las carencias y limitaciones de algunos pese a su mucho morro y la versatilidad y facilidad para transformarse de otros. Y nada más. Para perder el tiempo en familia. O ganarlo. Al menos no ofende. Ahora no es el mejor Manel Fuentes. No.