Hace once años nadie hubiese imaginado que Bilbo sería sede de un partido de Euroliga, pero la realidad tiene estas sorpresas y citas con la historia. El Bilbao Arena de Miribilla se convertirá esta noche, a partir de las 20.30, en el lugar donde se escenifique esta cita, símbolo del imparable crecimiento de un club que ya aspira a codearse con la élite continental.

«Va a ser un día histórico, que hemos esperado mucho tiempo; personalmente, lo he esperado toda la vida, y tengo muchas ganas y mucha ilusión de jugar contra un equipo que es uno de los grandes de Europa», declaraba Marko Banic en la víspera de este partido.

Y es que no es para menos. Bizkaia Bilbao Basket ha tenido la fortuna de empezar su andadura en la Euroliga en su feudo, y ante todo un clásico, campeón en 1997 del torneo continental, como el Olympiacos. Un equipo que, pese a haber perdido lustre en los últimos años -Teodosic, Kleiza, Papaloukas, Childress, Vujcic, Bourousis, Pargo...- siempre aspira a lo máximo.

«Siempre he soñado con que llegara este momento», declaraba el ala-pívot de Zadar, «pero después de haber pasado un año tan aburrido como el anterior, donde jugamos sólo una competición pero en el que pudimos llegar muy lejos, es un premio estar aquí».

«Disfrutar» del evento

Mientras, el técnico Fotis Katsikaris solicitaba a los suyos, y a la afición, «disfrutar» de este estreno. «Tenemos todos claro que es un día histórico para todos y que lo conseguimos entre todos la temporada pasada. La unión entre jugadores, afición, trabajadores del club y los propios medios fue clave y ahora es el momento de disfrutar todos de lo que hemos conseguido».

Katsikaris confía en ver «la cancha llena y llenar todos los partidos en la Euroliga» para apretar a los rivales. «Estoy convencido de que lo harán porque tienen mucho mérito. Estamos dónde estamos ahora porque fueron un factor muy importante en los pasados play off. Tienen que disfrutar de sus frutos ahora», aseguró.

Un rival «aún más peligroso»

Pero más allá de cualquier premio, está la competición. El máximo propietario del club bilbaino, Gorka Arrinda, ponía como objetivo superar la primera liguilla y clasificarse para el Top-16. En ese sentido, el base Raúl López mostraba ambición y cautela a partes iguales. «Tenemos que ir paso a paso. Estamos en un grupo complicado, pero creemos que, si trabajamos duro, tendremos nuestras opciones. Esperemos que con nuestro trabajo podamos pensar en cotas más altas, aunque para ello deberemos jugar como equipo, dándolo todo en la pista del primero al último».

Como queda dicho, el Olympiacos ha reducido drásticamente el presupuesto -se habla de una rebaja de 35 millones a 10 en dos años-, pero aún mantienen a jugadores de la talla de Spanoulis o Pero Antic. Según Roger Grimau, campeón de la Euroliga en 2010 tras derrotar precisamente al club del Pireo en la final, el Olympiacos «ha cambiado bastante, pero eso lo puede hacer más peligroso. Tiene jugadores jóvenes con ganas de ganarse un nombre, un contrato y un espacio a nivel de Euroliga. Y además son buenos jugadores; si no, no estarían jugando en ese equipo».

En opinión de Banic, «Spanoulis es su pieza clave. Creo que ahí debemos hacer un gran trabajo. Aunque este año no tengan una plantilla con nombres tan increíbles, diría que serán más equipo que nunca».

Para el capitán bilbaino, «lo importante será no tenerles demasiado respeto», mientras que Grimau hablaba que «hay que controlar las emociones, tanto las buenas como las malas. El partido puede tener guiones muy distintos y hay que saber estar en él todo el rato».

Por su parte, Fotis Katsikaris intuía que el cuadro del Pireo, entrenado por su mentor, Dusan Ivkovic, buscará «jugar a un marcador bajo y no dejarnos llevar nuestro ritmo de partido. La defensa la ponen en tres cuartos, aprietan mucho, tienen buenos atletas y necesitaremos mucha paciencia».