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Examen en Mestalla

Bielsa: «Es un partido referencial»

El argentino podría disponer hoy el mismo once de la Europa League, en un campo en el que los rojiblancos sólo han ganado dos veces en los últimos veinticinco años y ante un rival que tiene en los bilbainos al equipo al que más goles le ha hecho en su historia.

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Joseba VIVANCO

Las aguas bajan revueltas por el Turia y ayer el propio Unai Emery tuvo que salir a dar explicaciones y dejar claro «que no se dude de nuestra profesionalidad», como el viernes les acusaron las peñas chés. Con este panorama, es difícil saber si a río revuelto ganancia del Athletic, o si las duras críticas de los aficionados harán mella en el amor propio de los valencianistas y serán los leones de Bielsa los que paguen los platos rotos. «Los jugadores tienen ganas de ganar y hacer un buen partido», recalcó el técnico guipuzcoano.

Porque que al Athletic se le da fatal Mestalla, de eso no hay ninguna duda, por mucho que allí se ganara la última Liga con aquel 1-2 de Txema Noriega a pase de Dani en 1984. La última victoria rojiblanca fue hace cuatro temporadas, un 0-3, con goles de Llorente, dos, y Yeste. Pero es que para buscar el anterior triunfo en tierras levantinas hay que remontarse hasta nada menos que la temporada 1987-88, un 1-2 con tantos de Patxi Ferreira y Peio Uralde. Casi nada. Pero para más inri, el Athletic es el equipo al que el Valencia más goles ha marcado en toda su historia, justo 250.

Sin embargo, un vistazo a los números de los valencianistas esta campaña revela que, precisamente, no andan sobrados de gol y que les cuesta resolver los partidos. En sus cuatro victorias no han conseguido imponerse por más de un sólo tanto. Eso sí, cuidado con los de su ariete Soldado, porque tres de sus goles sirvieron para ganar otros tantos encuentros.

No hay «falta de eficacia»

Habrá que ver en ese duelo de `pistoleros' si Llorente -al que se le da bien el Valencia- supera a Soldado y confirma lo que su técnico Marcelo Bielsa dijo ayer en rueda de prensa, tras el entrenamiento, que negó que uno de los perfiles de su equipo sea «la falta de eficacia».

Los rojiblancos volaron ayer tarde hacia Valencia, pero antes, el entrenador argentino tuvo tiempo de reconocer que «este es un partido referencial dentro de la competición» y que «jugar en su casa fortalece esa idea».

Un termómetro que medirá la potencialidad de este Athletic, que puede saltar al césped de Mestalla con el mismo once que lo hizo el jueves en Europa League. «Todavía no tomé la decisión -respondió en una comparecencia ante los medios que se la pasó escribiendo y garabateando, quién sabe si la convocatoria-; en principio puede que no haya modificaciones».

Lo que sí espera el de Rosario es que esta piedra de toque frente a «uno de los rivales más importantes» ante los que se han enfrentado, le sirva al equipo «para seguir evolucionando, que es lo que necesitamos».

 
 
Aduriz, ¿el delantero que necesita el Athletic?

Seguramente no sean muchos los que saben que Aritz Aduriz fue subcampeón español cadete de esquí de fondo. Lo que sí todos saben en Bilbo es que su nombre es sinónimo desde hace meses de potencial fichaje para la plantilla rojiblanca. Aritz se formó en el Antiguoko, al lado de los Arteta, los hermanos Alonso, Andoni Iraola... Al no tener equipo de superior categoría se fue al Aurrera de Vitoria, donde fue captado por Ibaigane al ser club convenido. Jugó en el Bilbao Athletic 3 temporadas, anotando 18 goles. Un jugador que peleaba cada balón como si fuera el último y utilizaba el cuerpo muy bien ante los defensas. En su primer año, la 2000-01, fue pichichi con 8 goles en 33 partidos; en el segundo formó delantera con Joseba Arriaga, que anotó 15 goles, por 7 el donostiarra; y en su tercera campaña, se quedó sólo en 3 goles en 22 partidos, muy por detrás de Azkorra (13) o Iraola (10), y aun así Jupp Heynckes le utilizó en cuatro partidos con los mayores. Pero con Etxeberria y Urzaiz o Ezquerro en el primer equipo, no había sitio para él. Ahí acabó su primera etapa en Lezama, fichando por el Burgos. Su buen hacer anotador le catapultó al Valladolid, donde en temporada y media afinó una puntería que le devolvió a Bilbo -eso sí, porque Joseba Llorente había rechazado venir- en las Navidades de 2005, donde el Athletic sufría por no descender y donde a pesar de no haber una peseta en las arcas, pagó por él 300 millones de pesetas y dejó marchar a Arruabarrena, que sumaba 15 goles en el filial, al Osasuna B, mientras un blandito Fernando Llorente sólo llevaba 2 goles en 22 partidos. El gol era la asignatura pendiente esa 2005-06 en el Athletic y, como alguno lo definió, «llegó el `tuerto' para ser el rey en el país de los ciegos». Con 6 goles en 14 partidos se ganó la renovación y en la siguiente campaña completa, sólo hizo 9 goles; llegó la 2006-07 y compartió minutos con Llorente, pero mientras el riojano se fue a los 11 tantos, el guipuzcoano se estancó en 7. Luego, llegó la necesidad de dinero en las arcas de Ibaigane y su polémico traspaso al Mallorca, donde no logró los números de Dani Güiza al que reemplazó; hoy, en el Valencia, tampoco es titular. Y tiene 30 años.

J.V.

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