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Afectados por el seísmos en Kurdistán Norte denuncian la falta de atención

Los damnificados por el terremoto que el domingo sacudió Kurdistán Norte mostraron su malestar por la respuesta de las autoridades y la falta de recursos. Tras dos noches a la intemperie, denunciaron que no tienen ni mantas para hacer frente a las gélidas temperaturas.

GARA | VAN

El fuerte terremoto de 7,2 grados en la escala de Ritcher que el pasado domingo sacudió Kurdistán Norte ha causado 462 muertos y 1.352 heridos, según el último balance hecho público el lunes por el Gobierno turco.

El viceprimer ministro, Besir Atalay, advirtió que el número de víctimas puede aumentar en los próximos días. Indicó que ya han distribuido tiendas de campaña y alimentos entre los damnificados que, tras llevar dos noches durmiendo a la intemperie pese a las bajas temperaturas, se quejan de la lentitud de las autoridades y de la falta de recursos. «Sólo nos dan pan y agua. No tenemos calefacción, ni tampoco nos han proporcionado mantas. Al menos nosotros pudimos rescatar tres mantas de nuestra casa», subrayó Nebahat Gezici, refugiado junto a sus tres hijos y su madre en una tienda de campaña instalada por la Media Luna Roja en un campo de fútbol de Ercis, una de las ciudades más afectadas que ayer seguía sin luz y agua. Gezici lamentó la falta de servicios sanitarios y que las mujeres se vean obligadas a hacer sus necesidades al aire libre.

En el distrito de Saliyeh, las casas no se vinieron abajo pero sufrieron graves daños por lo que sus vecinos optaron por dormir en los jardines. «Aparte de un camión cargado de pan, nadie ha venido a ayudarnos. Para calentarnos, quemamos cajas y neumáticos. Los niños necesitan leche, pero todas las tiendas están cerradas», subrayó Necdet Yildrim, un desempleado de treinta años que comparte una misma tienda de campaña con doce personas.

«En el campamento que alberga a las familias de los soldados y oficiales, a los que han visitado varios ministros, y a los periodistas hay comida caliente y buena temperatura. Nosotros no les preocupamos porque somos kurdos», denunció.

El terremoto ha provocado pérdidas millonarias y el derrumbe de más de 2.000 edificios. Muchos se cuestionan ahora acerca de la seguridad de estos inmuebles, escasamente preparados para hacer frente a seísmos como el del domingo.

Para Ahmet Yakut, de la Universidad de Oriente Medio en Ankara, el problema es que no se respetan las normas sísmicas de construcción. Deploró la falta de control por parte de las autoridades locales y que sólo el 9% de las casas tenga un seguro antisísmico en esta zona.

«Turquía no es un país preparado para los temblores, debido a la calidad de las construcciones. No aprendemos las lecciones de las anteriores catástrofes», añadió su colega sismólogo Tugrul Tankut.

réplica

Una réplica de 5,4 grados en la escala de Ritcher sacudió ayer nuevamente la provincia de Van. El epicentro se situó en Degirmenozu, entre la ciudad de Van y la localidad de Ecris, la más afectada por el seísmo del domingo.

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