Entierran a Gadafi y a su hijo en un lugar secreto del desierto
El ex dirigente libio Muamar Gadafi fue enterrado ayer en un lugar secreto junto a su hijo Muatassim Gadafi y el ex ministro de Defensa Abu Bakr Yunes Jaber. Según el Consejo Militar de Misrata, tres dignatarios religiosos cercanos a Gadafi oraron y realizaron una ceremonia religiosa antes de su inhumación en el desierto. El CNT ha querido evitar así que su tumba se convierta en un lugar de peregrinaje y culto.
GARA | MISRATA
El depuesto líder libio Muamar Gadafi fue enterrado ayer junto a su hijo Muatassim Gadafi y al ex ministro de Defensa Abu Bakr Yunes Jaber en un lugar secreto del desierto del Sahara.
Las fuerzas del Consejo Nacional de Transición (CNT) mantuvieron expuesto su cadáver durante varios días en una cámara frigorífica de un mercado a las afueras de Misrata hasta que el avanzado estado de descomposición del cuerpo les obligó el lunes a suspender la exhibición.
Según pudo saber el enviado especial de GARA a Libia, Alberto Pradilla, tres imanes de confianza de Gadafi lavaron su cuerpo y el de su hijo siguiendo el ritual islámico. El de Jaber fue lavado por dos de sus hijos.
También pudo confirmar que miembros de la seguridad recogieron los cadáveres el lunes a las 21.00 y que en la zona no había periodistas porque los milicianos que custodiaban el mercado jugaron al despiste con los medios diciéndoles que el mercado se abriría de nuevo ayer. En el lugar sólo quedaba un coche que al parecer fue el último vehículo que utilizó Gadafi
Según varias agencias, a los rezos también asistieron dos primos de Gadafi, Mansur Dhao Ibrahim, líder en el pasado de las Guardias del Pueblo, y Ahmed Ibrahim, capturados junto a él el jueves en Sirte.
Tras la breve ceremonia, un convoy formado por cuatro o cinco vehículos trasladó los cadáveres hacia un lugar desconocido del desierto del Sahara, según indicaron unos guardias destacados a la entrada del mercado de Misrata.
La cadena qatarí Al Jazeera afirmó que miembros de la tribu de Gadafi, los Gadafa, estuvieron presentes en el sepelio. A este respecto, un miembro del CNT señaló que todos los testigos juraron sobre el Corán no revelar la ubicación de la tumba. De esta forma han querido evitar que se convierta en un lugar de peregrinaje o de culto.
Sin embargo, el entierro en secreto de Gadafi no ha acallado las críticas y dudas sobre las circunstancias que rodearon su muerte. El CNT, que se ha negado realizar a una investigación internacional, sigue manteniendo contra todas las evidencias gráficas que falleció por un tiro en la cabeza durante un intercambio de disparos.
«Yo vi el permiso de inhumación. Indicaba que Gadafi tenía dos heridas de bala, una en la cabeza y otra en el pecho, y que presentaba cicatrices de operaciones quirúrgicas del pasado, una en la nuca, dos en el estómago y otra en la pierna izquierda», reiteró ayer un miliciano del CNT que durante estos días ha custodiado el cadáver del líder libio y su hijo.
El lunes, el presidente del CNT, Mustafá Abdeljalik, llegó a decir que murió «en el enfrentamiento con su escolta en el momento de su captura». El ex ministro de Justicia de Gadafi sostuvo que los libios hubieran preferido que hubiera sido juzgado para que se sintiera «mayormente humillado» y que «aquellos que tenían interés en su muerte rápida eran quienes lo apoyaban». Algunas grabaciones, en las que se ve como decenas de milicianos le pasearon, humillaron y golpearon brutalmente antes de su muerte, desmienten tales afirmaciones.
Por otra parte, una fuente próxima a la familia de Gadafi informó que su segunda esposa y sus hijos Mohamed, Hannibal y Aisha, que en agosto se refugiaron en Argelia, se trasladarán en breve a Sudáfrica.
Asimismo, Seif al Islam, el único hijo que seguía en Libia y sobre el que pesa una orden de arresto internacional, se dirigía a la frontera con Nigeria, según atestiguó una fuente de los tuareg del norte de Níger.
El ministro de Petróleo y Finanzas del CNT, Ali Tarhouni, pidió ayer a la OTAN que prolongue su misión en Libia durante «al menos» un mes más. Esta petición se produce cuatro días después de que la alianza anunciara el fin de su misión el 31 de octubre.
Gadafi envió el pasado mes de agosto una carta a su «amigo» el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, en la que, apelando al tratado de amistad suscrito entre Italia y Libia, le pedía que ayudara a poner fin a los bombardeos de la OTAN.
Más de cien personas murieron y al menos cincuenta resultaron heridas al explotar un depósito de combustible el lunes por la noche en Sirte, localidad natal de Gadafi, según indicó a AFP Leith Mohamed, comandante del CNT. «Hubo una importante explosión y un gran incendio. Hay decenas de cuerpos carbonizados», añadió. Explicó que una chispa procedente de un generador de energía provocó la explosión cuando varias decenas de personas hacían cola con sus vehículos para abastecerse de combustible.
Numerosos libios habían vuelto a Sirte en los últimos días preocupados por sus allegados tras la caída de la ciudad. Tras varias semanas de bombardeos de la OTAN y de combates, ha quedado devastada, con cientos de cadáveres y ninguna construcción intacta, así como con calles inundadas por canalizaciones rotas.
Cientos de habitantes que regresaron, muchos de ellos para intentar recuperar alguna pertenencia que no haya sido saqueada, manifestaron su rabia contra las fuerzas del CNT, la OTAN y el presidente francés Nicolas Sarkozy, que encabezó la movilización internacional contra el líder libio. GARA