Carlos GIL | Analista cultural
Goteras
Desde la experiencia, la oscuridad o el extravío, las palabras nos tejen hasta el punto de confundirnos con su propia textura que dota de colores y matices su textualidad. Es el punto de cruz, o el doble al revés que forman la alfombra de la que colgamos posteriormente un himno. Mástiles de materiales resilentes que van forjando un imaginario donde los árboles suenan como arpas afinadas por un hongo canónico. Acostumbran las marmotas a chismorrear sobre el mal gusto de los armiños. Huele el tiempo a mortadela de uvas pasas. Será al fondo, a la derecha de tu izquierda, donde encuentres el destino. No esperes más para pronunciar la sílaba. El eco engaña por su gravedad, pero la gárgola cultural hace ver que mira siempre al pasado o al futuro, ajena al presente. Petrificada, ausente, inerte bajo la gotera del presupuesto menguante como meada áurea de hipogrifo enamorado de minotauro bailarín.