Fue una pena que un modesto tuviera que descabalgar a otro humilde de lo más alto de la clasificación, pero el sueño para el Levante puede continuar si consigue sobreponerse a su primer tropiezo de la temporada y no le ocurre como al Betis. Se pudo apreciar, en cualquier caso, que los de Juan Ignacio Martínez no están acostumbrados a jugar por detrás en el marcador y que Osasuna saltó al césped como si se enfrentase a un grande, circunstancia obligada, por otro lado, dada la ubicación de los levantinistas en la tabla. Si los rojillos siguen encarando así sus compromisos, su cómoda situación en la zona templada no será flor de un día y quizás puedan volver a cruzar sus caminos tanto navarros como valencianos en la lucha por objetivos menos imperiosos que la permanencia. Sin duda será una buena noticia para ambos y para el fútbol.