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crisis en la eurozona

Papandreu asegura que la consulta era un farol para atar a la oposición

No ha tardado mucho el Gobierno griego en recular en su propuesta de organizar un reférendum para consultar a la ciudadanía sobre el nuevo plan de rescate suscrito en Bruselas la pasada semana. Según el primer ministro Yorgos Papandreu, el objetivo final era forzar a la oposición a dar su visto bueno en el Parlamento. Aunque no falta quien, como Sarkozy, opina que la marcha atrás ha sido fruto de las presiones.

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Imanol INTZIARTE | DONOSTIA

«El Gobierno anuncia de forma oficial que no avanzará hacia un referéndum». Esta frase, pronunciada por el ministro griego de Finanzas, Evangelos Venizelos, en un discurso ante los diputados de su partido (Pasok), provocó un suspiro de alivio en Cannes, donde los líderes del G-20 ya tenían preparados sus instrumentos para, en caso contrario, apretar al Ejecutivo heleno donde más duele, en la cuenta corriente.

No será necesario porque, como reconoció el primer ministro Yorgos Papandreu en un comunicado, consultar a la población sobre el segundo plan de rescate «nunca era un fin en sí mismo».

El objetivo confeso de su órdago era conseguir que el principal partido de la oposición, la conservadora Nueva Democracia, sume sus votos a los del Pasok para sacar adelante en la Cámara ateniense el proyecto aprobado en Bruselas la semana pasada.

Lo explicó más claramente Venizelos: «La crítica situación exige que se consigan 180 escaños en el Parlamento para aprobar el acuerdo del 26 de octubre». Serían tres quintos del total, cuando el Pasok sólo cuenta con poco más de la mitad, y eso siempre y cuando no haya más deserciones.

El primer acto de esta obra lo había protagonizado el líder de la oposición, Antonis Samaras, al mostrarse dispuesto a respaldar el plan de rescate, al tiempo que reclamaba «la formación de un gobierno de transición temporal con un mandato exclusivo para celebrar inmediatamente elecciones».

Las voces favorables a un gobierno de unidad nacional para hacer frente a la crisis fueron numerosas durante la jornada, incluso desde las filas del Pasok. «Es hora de dejar de engañarnos», manifestó la diputada Vasso Papandreou.

El Ejecutivo recogió el guante y replicó que «no hay ninguna razón para que haya un referéndum si hay consenso entre los dos principales partidos» respecto al acuerdo de Bruselas. «En lo que se refiere a las otras propuestas, estamos dispuestos a discutirlas seriamente, en el interés del país», añadió el portavoz Ilias Mossialos.

A renglón seguido, Papandreu informó mediante un comunicado de que su partido abrirá negociaciones con Nueva Democracia. «Estoy contento de que toda esta discusión haya llevado al menos a mucha gente a entrar en razón. Hablaré con Samaras para que examinemos los próximos pasos sobre la base de un consenso más amplio», rezaba el texto, en el que se matizaba que la cooperación se limitará a «políticas específicas».

«Una catástrofe»

Más tarde, ya en sede parlamentaria -donde hoy se vota la moción de confianza hacia su persona-, el primer ministro rechazaba de plano la posibilidad de convocar elecciones anticipadas porque serían una «catástrofe» para el país.

Papandreu asumió que «rechazar el paquete (de rescate) es algo que significaría para nuestros socios el principio de nuestra salida de la eurozona» y explicó que tras buscar «de forma repetida e infructuosa un amplio consenso» interno, apostó por proponer un referéndum como herramienta para «forjar alianzas».

En cuanto a la reacción de sus socios de la UE, manifestó que «cuando nos dijeron cómo celebrar nuestro referéndum les dejamos muy claro que se trata de una decisión de un gobierno soberano. Podemos estar bajo supervisión económica pero las instituciones democráticas son nuestras. Estamos soportando una cruz y encima de ello, nos están tirando piedras», zanjó.

«Chantajear y mentir»

También desde el estrado, Antonis Samaras aprovechó su turno para reiterar su aceptación del acuerdo de Bruselas, pero exigió la dimisión de Papandreu, la puesta en marcha de un gobierno de transición y la celebración de elecciones en un plazo de seis semanas.

El líder opositor acusó al primer ministro de «chantajear y mentir» en torno a la convocatoria de un referéndum. «Para salir de la crisis hay que tener un Gobierno y hoy no lo tenemos», sentenció.

Reacciones desde Cannes

Los líderes europeos reunidos en la cumbre del G-20 de Cannes instaron a Grecia a actuar con prontitud. En un comunicado conjunto, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, subrayaron que «la eurozona está dispuesta a continuar apoyando a Grecia, pero Grecia debe cumplir el paquete pactado el 26 y 27 de octubre y, en particular, continuar aplicando el programa de la UE y del FMI. Esto tiene que quedar muy claro».

El anfitrión del encuentro, Nicolas Sarkozy, defendió que han sido sus amenazas y presiones y las de la canciller alemana Angela Merkel las que han hecho cambiar de rumbo a Papandreu. «No podemos aceptar la explosión del euro, porque eso significaría la explosión de Europa», remarcó el presidente francés.

MERKEL DUDA

La canciller alemana, Angela Merkel, no termina de creerse el paso atrás dado por el Gobierno griego. «Para nosotros lo que cuentan son los hechos. No está del todo claro cómo va a pasar», manifestó.

portugal

Suprimir una décima parte de las líneas de autobús y cerrar el metro dos horas antes son algunas de las ideas que se debaten para reducir las pérdidas del transporte público en Lisboa, obligada como el resto de Portugal a recortar gastos.

irlanda

El ministro de Finanzas de Irlanda, Michael Noonan, indicó que está negociando con la UE una rebaja de su deuda de entre 15.000 y 20.000 millones. «Aunque no puedo decirles cuándo ocurrirá, les diré que hay un proceso en marcha», señaló.

Presiones a la UE para que zanje ya la crisis de la deuda

Estados Unidos, Rusia, China y otros países del G-20 presionan a la Unión Europea para que acelere la puesta en práctica del plan contra la crisis de deuda acordado en la cumbre del Eurogrupo de la semana pasada y dé una solución definitiva a los problemas de Grecia por entender que aumentan el riesgo de recaída en la recesión de la economía mundial.

«El aspecto más importante de nuestra tarea durante los próximos dos días es resolver la crisis financiera aquí en Europa. La UE ha dado algunos pasos importantes hacia una solución global, pero aquí en el G-20 tendremos que concretar los detalles sobre cómo se aplicará el plan de forma total y contundente», señaló el presidente estadounidense, Barack Obama, al arranque de la cumbre. Posteriormente, Obama aseguró que no se sumará a la propuesta franco-alemana de crear una tasa a las transacciones financieras a nivel mundial, la denominada tasa Tobin.

«Europa debe ayudarse a sí misma. La UE tiene todo para hacerlo: la autoridad política, los recursos financieros y el respaldo de muchos países», resaltó el presidente ruso, Dimitri Medvedev. «Creemos que Europa tiene la sabiduría y la capacidad de resolver los problemas de deuda. Al mismo tiempo, el resto del mundo debería apoyar y ayudar», insistió el primer ministro chino, Hu Jintao.

Mientras, los líderes europeos presentes en la cita se comprometieron a acelerar el refuerzo del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) para que alcance cuanto antes una potencia de un billón de euros con el objetivo de frenar el posible contagio al Estado español e Italia. GARA

italia

El primer ministro, Silvio Berlusconi, anunció su intención de plantear una cuestión de confianza en el Senado para aprobar por la vía rápida las reformas que se ha comprometido a acometer su Gobierno ante las exigencias de la UE.

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