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Una tasa para impulsar el desarrollo humano en los países empobrecidos

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo destacó en la presentación del informe del Índice de Desarrollo Humano, el pasado martes en Copenhague, la necesidad de tomar medidas contra los efectos del cambio climático. Para ello la ONU propuso a la comunidad internacional aplicar un impuesto a las transacciones de divisas. Helen Clark, responsable de la agencia de la ONU, recalcó que «el momento de actuar es ahora».

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Garazi MUGERTZA | DONOSTIA

La Organización de las Naciones Unidas propuso la semana pasada a la comunidad internacional una medida para paliar los efectos del cambio climático en los países cuyo Índice de Desarrollo Humano (IDH) es muy bajo. Evitando así que en los países empobrecidos se dé un paso atrás en los avances logrados en las últimas cuatro décadas en la mejora de la calidad de vida.

La propuesta se basa en aplicar un impuesto a las transacciones de divisas con una tasa mínima del 0,005%, que podría generar un ingreso anual de un total de 40.000 millones de dólares (29.000 millones de euros), sin afectar al comercio. Además de esta medida, sugiere, un impuesto sobre las transacciones financieras e integrar en las políticas medioambientales los problemas de equidad y combinar inversión pública y privada.

El programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentó el pasado martes en Copenhague el documento anual sobre el Índice de Desarrollo Humano (IDH). El informe realizado este año estudia las consecuencias del cambio climático sobre el desarrollo humano y advierte de que la situación es desesperada.

En los últimos cuarenta años, las economías más atrasadas han avanzado un 82% en el IDH y, de seguir así, a mediados de siglo alcanzarían el nivel que actualmente poseen las más avanzadas. Pero el problema medioambiental puede frenar este proceso de manera muy fuerte. La ONU alerta que, de seguir como hasta ahora, la situación irá empeorando como se ha podido ver en los últimos años, puesto que han aumentado fenómenos como el deterioro del suelo o el aumento de la deforestación y la desertificación. Esto supone que los precios mundiales de alimentos tendrán una subida de entre un 30% y un 50% en las próximas décadas. Además, el informe muestra dos escenarios posibles que afectarían al índice. Así, el IDH podría bajar un 8% para 2050 en un escenario de «desafío medioambiental» y hasta un 15%, en caso de «desastre ambiental».

El informe presentado demuestra que los países más desfavorecidos son a menudo los que más sufren las consecuencias de la degradación medioambiental a la vez que resalta que son precisamente estos quienes menos influyen en el cambio climático. Así pues, tal y como advirtió la responsable del PNUD, Helen Clark, en la rueda de prensa ofrecida tras la presentación en Copenhague, cada país debe ser responsable de sus actos, puesto que estos tienen sus propias consecuencias. Normalmente, es en los países más empobrecidos donde rebota la pelota de la contaminación de los más ricos y desarrollados, dependiendo, una vez mas, de estos últimos para mejorar su calidad de vida.

Cuba y Venezuela

Una de las zonas más afectadas por la degradación del medioambiente es la de Latinoamérica y el Caribe. El riesgo ambiental que padece este territorio es la mayor amenaza contra los avances en desarrollo humano. De la misma manera, los datos, casi paradójicamente, demuestran que dos países de esta región son los que más puestos han subido en el índice en los últimos cinco años, teniendo en cuenta los ingresos, la esperanza de vida y el nivel de educación. Se trata de Cuba y Venezuela, que suben diez y siete puntos respectivamente. Es este avance el que tristemente se verá afectado con los efectos del cambió climático.

El principal reto ambiental es la deforestación, que ya desde 2009 se está logrando frenar aunque sigue siendo una gran amenaza. Pues, a largo plazo, tanto la deforestación como la sobreexplotación de la tierra y los recursos de agua pueden poner en riesgo los medios de vida, la disponibilidad de agua dulce y los recursos renovables esenciales, como la pesca. Con relación a esta última idea, también la pesca recreativa, el buceo y la dieta se verán afectadas por la disminución de las poblaciones de peces que prevé el PNUD, afectando así al empleo y a los ingresos provenientes del turismo, siendo ésta una de las características de la parte costera del territorio. Más aún, el informe alerta que el cambio climático provocará la reducción de las precipitaciones, el aumento de las temperaturas y fenómenos destructivos en una zona ya de por sí propensa a sufrir huracanes. También recalca una posible subida del nivel del mar de hasta 50 centímetros en los próximos cuarenta años, que traería consigo la posibilidad de inundar zonas costeras de 31 naciones de América Latina y el Caribe.

Pero no todo el informe de la ONU es negativo, pues resalta que la región ha avanzado en el acceso a servicios de educación y de salud. Tanto, que ocupa el primer lugar en gasto público, en educación, con el 7,7% del Producto Interior Bruto. Muchos países se acercan al 100% de matriculación en los niveles primario y secundario.

El informe revela que la distribución de ingresos ha empeorado en la mayor parte del mundo y que América Latina sigue siendo la región más desigual. Haití es el país que más pobreza acumula en la región, según el Índice de Pobreza Multidimensional (IMP), duplicando la de Guatemala y triplicando las de Nicaragua y Honduras.

Desigualdades internas

El cambio climático no es el único problema. En los últimos años la distribución de los ingresos ha empeorado agravando las desigualdades internas. Teniendo esto en cuenta, el PNUD ha basado su evaluación en el índice de desarrollo humano, pero, ajustado a las desigualdades internas (IDH-D). Este ajuste ayuda a evaluar mejor los niveles del desarrollo para todos los segmentos de la sociedad, más allá del ciudadano medio. Así, al contabilizar las desigualdades en materia de salud, educación e ingresos, algunas de las naciones más ricas y desarrolladas quedan excluidas de los primeros puestos. Es lo que le ocurre a EEUU, que cae del cuarto puesto al número 23. Así sucede también con Corea del Sur e Israel. En el caso de EEUU e Israel, la razón de semejante bajada está en la desigualdad en los ingresos, aunque la sanidad también influye en el primero.

Por su parte, Noruega se mantiene en el primer puesto y Suecia y Dinamarca suben al aplicarles el IDH-D. En el caso de los más desiguales, el cambio es notable, ya que África Subsahariana y el sur de Asía superan a América Latina.

Por otro lado, el PNUD también estudia el Índice de Desigualdades de Género (IDG) y el Índice de Pobreza Multidimensional (IMP). El primero muestra que Níger, Chad y Yemen son los mas desiguales, dando el primer puesto, ordenado de menor a mayor, a Suecia. Níger es también el que tiene el mayor porcentaje de pobreza multidimensional.

MEDIOAMBIENTE

El informe de la ONU alerta de un posible freno en el desarrollo de los países mas afectados por los efectos del cambio climático, siendo los países más pobres quienes mas lo sufren y menos lo producen.

DESIGUALDAD

Ajustando el Índice de Desarrollo Humano a las desigualdades, algunos de los países más ricos y desarrollados quedan excluidos de los primeros puestos, como es el caso de EEUU que baja del 4 al 23.

El continente africano reflejo claro de la pobreza y las desigualdades internas

Noruega vuelve a encabezar la lista del Índice de Desarrollo Humano (IDH), presentado el martes en Copenhague por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. El PNUD ha evaluado a 187 países este año -18 más que el año pasado-, según sus ingresos, esperanza de vida y nivel de educación. La República Democrática del Congo (RDC) es el país que ocupa el último lugar, como la mayor parte del África Subsahariana, seguida de Níger, Burundi y Mozambique.

Son Australia, Holanda y EEUU quienes siguen al cabeza de lista, llevándose a casa el título de países de mayor desarrollo humano. La otra cara de la moneda tiene el dibujo de la silueta de África. Los últimos diez países pertenecen al África Subsahariana, que no sólo padece la pobreza si no que es la zona con mayores desigualdades internas.

En el caso de los estados francés y español, ocupan los puestos número 20 y 23, en este orden, manteniendo su calidad de vida respecto al año anterior, exactamente en la categoría más alta. Entre ambos se sitúan Eslovenia y Finlandia, respectivamente. Por detrás, entre otros muchos países se encuentran Italia (24) y Gran Bretaña (28).

Comparando los datos recogidos el año pasado, el caso de Libia resalta con diferencia entre el resto de países analizados. Cuando la mayoría no supera un cambio de tres puntos -arriba o abajo-, Libia baja 10 puntos respecto al 2010. Una pérdida marcada por la revuelta árabe que comenzó a principios de este año.

Pero no es Libia la única afectada por este acontecimiento. Egipto y Túnez también han sufrido una leve bajada, ambos de un punto, pero ninguno se asemeja al caso de Libia. Turquía y Ucrania, en cambio, han ganado tres puntos este último año, la mayor subida que se ha registrado.

Los 187 países evaluados se dividen en cuatro categorías. Los niveles son de desarrollo muy alto, desarrollo alto -como es el caso de Cuba y Venezuela-, desarrollo medio -donde se encuentran dos potencias emergentes como China e India- y la categoría más baja. Somalia, país asolado por la guerra y la hambruna, ni siquiera aparece en esta lista. G.M.

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