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Gran Premio de Valencia

El mejor homenaje a Simoncelli

Nico Terol (125 cc) y Stefan Bradl (Moto2) se proclamaron campeones, y Stoner (MotoGP) ganó por tan sólo 15 milésimas sobre Spies.

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Imanol CARRILLO

«Marco Simoncelli era para mí como un hermano pequeño, tan duro en la pista como dulce en la vida», declaró su gran amigo Valentino Rossi tras el trágico accidente de su compatriota en Malasia. Y lo que se vivió ayer, en el último Gran Premio de la temporada de motociclismo, puede ser perfectamente un símil de lo que dijo Il Dottore.

Los homenajes que se suelen realizar a las personas que nos abandonan siempre suelen saber a poco. Pero el que recibió ayer el malogrado Marco Simoncelli en Cheste (Valencia) pasará a la historia del motociclismo como uno de los días más emotivos de este deporte, sobre todo, por el espectáculo que ofrecieron los pilotos dentro de la pista, como al propio Super Sic le hubiese gustado.

La jornada dominical comenzó con el minuto de ruido que le brindaron todos los pilotos. Los deportistas de las tres categorías se fusionaron en un pelotón que encabezaron el estadounidense Kevin Schwantz, campeón del Mundo de 500 cc en 1993 y a quien admiraba Simoncelli, y su gran amigo Valentino Rossi.

Schwantz fue el encargado de pilotar la Honda RC 212 V del piloto fallecido en Malasia, mientras que Rossi vistió una camiseta de su amigo y portó una bandera negra.

La emoción se trasladó a la pista

El emotivo acto dio paso a la verdadera competición dentro de la pista. La lucha más intensa se esperaba en 125 cc. Nicolás Terol y Johann Zarco se jugaban el Mundial todo a una carta. El triunfo fue a parar a manos de Maverick Viñales. Pero, sin duda, el más feliz fue Terol, quien no tuvo ni que esperar a la última vuelta para saber que se había proclamado campeón mundial al caerse el francés Zarco.

Tras la carrera, el piloto de 23 años recién cumplidos señalaba que «he tenido que trabajar duro durante muchísimos años para conseguir este sueño, pero al final lo hemos podido hacer realidad, estoy como en una nube y más por haberlo conseguido en el circuito en el que comencé a competir hace ahora unos cuantos años».

Por su parte, Efrén Vázquez finalizó en cuarto lugar, aunque el piloto de Errekalde se vio perjudicado por las gotas de lluvia cuando estaba remontando.

En Moto2, la ausencia de Marc Márquez otorgaba el campeonato al alemán Stefan Bradl, y la única emoción la puso el italiano Michele Pirro que, con su aplastante victoria, pudo homenajear a su amigo Simoncelli.

Pero lo mejor estaba por llegar. Con el Mundial de MotoGP ya en manos de Stoner, la carrera era un trámite. Eso sí, se trataba de la última comparecencia del italiano Loris Capirossi, que corrió con el número 58 de Simoncelli. Todo un detalle por su parte tras 22 años compitiendo y tres mundiales en su haber.

En la salida, se iban al suelo Rossi, Bautista, Hayden y De Puniet. Por su parte, Stoner lideró toda la carrera hasta que en las últimas vueltas vio cómo Ben Spies le adelantaba tras recortar una ventaja de diez segundos a causa de unas pocas gotas de lluvia. Sin embargo, el de Honda aprovechó la mayor velocidad de su moto para adelantarlo en la misma línea de meta, cortando la respiración a cualquiera.

Nunca un final de temporada fue tan emocionante. Fue, sin duda, el mejor homenaje que se le podía hacer al gran Marco Simoncelli. Ciao Super Sic.

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