La plantilla de Corrugados Azpeitia reclama un plan de viabilidad
«Vivimos con mucha incertidumbre». Así resumen los trabajadores de Corrugados Azpeitia su actual situación. Dentro de unos días finalizará el ERE de suspensión que ha consumido 176 días desde principios de 2010 -con una frustrada venta entre medio-, y no tienen notificación oficial sobre las intenciones de la empresa, sólo rumores. Por ello, rechazan cualquier tipo de medida que no lleve aparejada la presentación de un plan de viabilidad.
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
Protegidos de la intensa lluvia bajo sus paraguas, más de un centenar de trabajadores de Corrugados Azpeitia se concentraron ayer ante la delegación de Trabajo en Donostia para reclamar al Gobierno de Lakua que no acepte más Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) de la empresa sin que antes ésta presente un plan de viabilidad que clarifique el futuro de la plantilla.
Según explicaron a GARA representantes del comité, la demanda de acero corrugado -por ejemplo las varillas que sujetan el hormigón de las construcciones- ha sufrido un fuerte descenso. Entre 2010 y lo que va de 2011 los trabajadores acarrean a sus espaldas 176 días de ERE de suspensión, que finaliza a mediados de este mes.
Hace unos días se publicó que la empresa ha despedido a tres directivos -el director general y dos jefes de compras- y que su intención es hacer lo propio con 140 operarios. Respecto a esto último, desde el comité aseguran que no tienen certezas y que todo se reduce a rumores, ya que a ellos nadie les ha comunicado nada oficialmente. «No tenemos información, no sabemos qué va a pasar», señalan.
Más de 400 empleados
La antigua Marcial Ucín es una de las empresa más importantes de esa zona del Urola, no en vano en ella trabajan alrededor de 425 personas, a las que habría que sumar los empleos indirectos. En los últimos doce años ha cambiado varias veces de propietario.
Así, en 1999 pasó a formar parte de Aceralia, que en 2002 se unió a Arbed y Usinor para crear Arcelor. Tres años más tarde, en 2005, fue vendida al Grupo Alfonso Gallardo, firma de origen extremeño que atraviesa por complicados momentos.
Tanto es así que el pasado 19 de mayo se anunciaba la venta de Corrugados Azpeitia y Corrugados Lasao -además de otra empresa similar ubicada en Thüringen (Alemania) y una cementera sita en Extremadura- a la Companhía Siderúrgica Nacional de Brasil (CSN) por un montante total de 970 millones de euros.
Sin embargo, la operación se fue al traste. A mediados del pasado setiembre ambas firmas emitían sendos comunicados en los que responsabilizaban a la otra parte de la ruptura por no cumplir con lo previamente acordado.
En estos dos últimos años, con la producción bajo mínimos, los trabajadores están «gastando días de paro» cuando se para la fábrica. El temor es que esta situación se alargue en el tiempo, que no se le dé la vuelta y que al final la plantilla se encuentre con un ERE de extinción y con las coberturas por desempleo agotadas. Es por ello que exigen al Ejecutivo autonómico que si el Grupo Alfonso Gallardo presenta un nuevo ERE, tal y como se temen los representantes de los trabajadores, éste no sea aceptado si no llega acompañado del mencionado plan de viabilidad. «Queremos un plan de futuro», sentencian.
La delegación de Trabajo de Lakua ha aprobado el expediente de extinción de contratos presentado por Nervacero, que afecta a 56 operarios, por «las garantías de recolocación o prejubilación antes del 31 de marzo del año que viene». Fuentes del Departamento de Empleo explicaron que la aprobación se ha adoptado por el compromiso de la empresa de que la salida de la fábrica se resolverá «sin despidos traumáticos», mediante la recolocación en otras empresas del grupo Celsa Atlantic -al que pertenece Nervacero-, la contratación en compañías colaboradoras que dan servicio a la empresa, acuerdos de excedencias y prejubilaciones.
Aunque el expediente se aplica sin acuerdo con los sindicatos, Empleo añadió que cuenta con el informe favorable de la Inspección de Trabajo y con un plan social que especifica que las medidas de recolocación o salida no traumática se darán antes del 31 de marzo de 2012. En el expediente no figura la relación nominativa de los 56 trabajadores afectados, sino los «criterios objetivos» que habrá para seleccionarlos. Nervacero, cuya plantilla es de unos 400 trabajadores, se dedica a la fabricación de acero corrugado y ha presentado dos ERE de suspensión en los últimos dos años.
El sindicato ELA hizo público un comunicado en el que califica de «desproporcionada e injustificada» la aprobación del expediente. «Lo que la dirección de Nervacero realmente buscaba y ha conseguido es la reducción de la plantilla para chantajear y modificar a la baja las condiciones laborales de todos los trabajadores de la planta de Trapagaran». GARA