El antiguo general Otto Pérez Molina se proclamó oficialmente vencedor de las elecciones presidenciales de Guatemala con el 90% de los votos escrutados. «Declaramos vencedor al Partido Patriota» anunció la presidenta del Tribunal Supremo Electoral, María Eugenia Villagran.

El militar retirado ha prometido «mano dura contra el crimen organizado» en Guatemala e hizo un llamamiento «a todos los guatemaltecos a unirse y trabajar juntos».

Pérez ha conseguido el 55,2% de los sufragios frente al 44,8% de su rival Manuel Baldizon, que reconoció la victoria del ex general, al que felicitó. Pero Otto Pérez carece de una mayoría parlamentaria ya que su partido sólo cuenta con 54 de los 158 escaños del Parlamento.

Acabar con la violencia -que provoca una media de 18 muertos cada día en el país- y la pobreza -que afecta al 51% de la población-, son los princpales retos del nuevo presidente. Ha recibido acusaciones de haber cometido violaciones de derechos humanos y fue uno de los militares que negoció y firmó los acuerdos que pusieron fin a la guerra civil (1960-1996), que dejó 200.000 muertos y desaparecidos.

La corrupción, el analfabetismo o la impunidad de los delitos, que llega al 98% de los que se cometen, son otros de los problemas a los que deberá hacer frente con un escaso presupuesto, apenas el 10% del PIB, lastrado por una recaudación ineficaz, el peso del sector informal y una importante evasión fiscal.