El médico personal de Michael Jackson, Conrad Murray, ha sido declarado culpable de homicidio involuntario por suministrar al cantante un anestésico que terminó causándole la muerte, según determinó ayer por la tarde un jurado que deliberó durante nueve horas.

El cardiólogo de 58 años se enfrenta a una pena máxima de cuatro años e incluso podría quedar en libertad condicional, según avanzó el periódico «Los Angeles Times». El juez dictará la sentencia el próximo 29 de noviembre, fecha hasta la cual el médico permanecerá en prisión sin posibilidad de fianza.

Murray también se enfrenta a la posible pérdida de su licencia médica, después de que las autoridades del estado de California ya hayan dictado una suspensión sobre la que todavía no se han pronunciado Vevada y Texas.

El juicio, desarrollado en Los Ángeles ante una gran expectación mediática, arrancó el pasado 27 de setiembre y se prolongó durante cuatro semanas. Durante este periodo, la fiscalía ha insistido en que Murray administró a Jackson una dosis letal de propofol, mientras que la defensa ha centrado sus alegatos en que el cantante era un adicto y se inyectó él mismo el fármaco por el que murió el 25 de junio de 2009.

El «rey del pop», según se pudo saber en el proceso judicial, sufría de insomnio y consumía frecuentemente propofol, un anestésico exclusivamente de uso hospitalario. Según la acusación, el medicamento no estaba indicado para problemas de sueño y además Murray desatendió a su paciente cuando estaba sedado, se demoró en llamar a urgencias y trató de ocultar pruebas.