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Basilio San Gabriel Delegado Territorial de la ONCE en Euskadi

11.11.11 Un d�a para dar las gracias y mantener la ilusi�n

Las personas con discapacidad hemos luchado, luchamos y aportamos nuestro granito de arena al Estado de Bienestar, en el que creemos profundamente

Lo primero que quiero hacer hoy desde esta tribuna es dar las gracias. Puede sonar extra�o pero cr�anme, sin su compromiso y apoyo, ser�a imposible que la ONCE hubiera llegado hoy aqu� y poder celebrar con todos ustedes, y con toda la sociedad, este d�a, este 11.11.11, que no volver� a repetirse en un siglo, y que para nosotros tiene un significado muy especial.

Pero perm�tanme que les recuerde un poco de historia de esta Organizaci�n con nombre de n�mero, que naci� en 1938. F�jense, en 1938. Nos quejamos ahora de las dificultades por las que atravesamos y fue precisamente en un momento dif�cil y duro de nuestra historia cuando naci� la ONCE, gracias al compromiso de un grupo de ciegos que consider� que, s�lo con esfuerzo y unidad, podr�an lograr su objetivo de ganarse el pan, ganarse el futuro cada d�a y lograr as� la confianza de toda la sociedad, para ser considerados como unos ciudadanos m�s.

Les traslado s�lo un detalle de aquellos a�os de nacimiento de la ONCE, que es muy revelador de nuestro car�cter. La insistencia de aquellos compa�eros para contar con un medio digno de vida y salir de la indigencia que arrastraban fue contestado por las autoridades del momento con una propuesta: �una pensi�n de 6 pesetas diarias a cada ciego necesitado�. As� dec�a el texto, a cada �ciego necesitado�.

Lo f�cil, en aqu�l momento, como en otros de dificultad, hubiera sido coger la ayuda con toda la rapidez del mundo. Pero aquellos compa�eros, a quienes nosotros tratamos de seguir y recordar, no aceptaron la propuesta. Pelearon por dise�ar y crear un modo para ganarse la vida con su propio esfuerzo, para conseguir la confianza de toda la sociedad, y para integrarse en ella de la mejor manera posible: a trav�s del trabajo, al lado del resto de ciudadanos.

S�lo as�, con nuestra lucha diaria, hemos logrado esa confianza, la confianza con may�sculas. En estos momentos, donde la falta de confianza es precisamente una de las causas de la crisis, y en los que estamos en manos de las conocidas agencias de calificaci�n, nosotros, la ONCE y su Fundaci�n, no tenemos otro calificador, otro term�metro, otra medida, que la sociedad de todo el estado, todos y cada uno de sus miembros. Y porque sabemos que esto es as�, nos esforzamos cada d�a para tratar de impulsar m�s y m�s la verdadera integraci�n de las personas con discapacidad en la sociedad, como hemos hecho en los �ltimos 73 a�os y seguimos haciendo cada d�a de forma callada.

Educaci�n inclusiva para personas con discapacidad y acceso al mercado de trabajo en igualdad de condiciones y oportunidades siguen siendo nuestras palancas de actuaci�n, sin descuidar el acceso a la rehabilitaci�n, a las nuevas tecnolog�as, al ocio o a la cultura. S�lo por el camino de estar presentes en toda la sociedad podremos ser unos ciudadanos m�s, con los mismos derechos y deberes y tambi�n, por qu� no decirlo, con los mismos desvelos e ilusiones que el resto. Esto es lo que hace grandes a las personas: tener capacidad para optar a ganarnos el futuro, como los hombres y mujeres de la ONCE hemos hecho siempre, tambi�n ahora en colaboraci�n con nuestros amigos de Edeka.

�O se imaginan ustedes que, en estos momentos, las ya maltrechas arcas p�blicas tuvieran que costear a raz�n de 6 pesetas diarias (actualizadas a nuestros d�as) a los 4 millones de personas con discapacidad que vivimos en el territorio estatal? Sin duda ser�a insostenible.

Las personas con discapacidad hemos luchado, luchamos y aportamos nuestro granito de arena al Estado del Bienestar, en el que creemos profundamente, porque consideramos que las sociedades son m�s modernas y mejores cuanto m�s abiertas, respetuosas e integradoras con quienes lo tienen m�s dif�cil.

Y luchamos especialmente para que los hitos que hemos alcanzado no se vean afectados por momentos de crisis en los que, cr�anme, aqu� s�, estamos perfectamente integrados.

Por eso, vamos a seguir trabajando para superar con ilusi�n la actual situaci�n econ�mica igual que hemos hecho con otras anteriores, sin permitir pasos atr�s f�ciles y sin valent�a, que atentan contra los derechos y los logros de las personas con discapacidad y de otros entornos sociales. Hemos avanzado mucho juntos; queda todav�a mucho por hacer y en esa labor nos encontrar�n siempre, pueden estar seguros.

S�lo puedo ya, en nombre de las m�s de 130.000 personas que dependen directa e indirectamente de la ONCE y su Fundaci�n, darles de nuevo las gracias por permitirnos llegar a esta fecha y, muy especialmente, por otorgarnos su confianza. La necesitamos para seguir adelante.

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