Emilio Olabarria ha participado en más de sesenta ponencias y comisiones durante la última legislatura. Ahora afronta una revalida incierta en la que podría verse superado por los candidatos de Amaiur.

Faltan menos de dos semanas para la cita electoral del 20N, una revalida para usted. ¿Cómo afronta el PNV los comicios estatales?

Son una elecciones un tanto prostituidas por la polarización que suele caracterizar a las elecciones estatales, y por lo tanto, al Gobierno del Estado español. En las Cortes se proyecta la imagen de que sólo hay dos candidatos, incluso se pervierte la legislación electoral española, que no es presidencialista, y parece serlo. Además, a esto hay que añadir la publicación de encuestas precocinadas como la del CIS, que pretenden conseguir efectos políticos como movilizar fundamentalmente para el PSOE. El contexto está complicado, pero somos un partido vasco y trabajaremos por Euskadi.

No obstante, parece que las últimas encuestas les sitúan a la par de Amaiur.

Por ejemplo en Araba parece que estamos unas décimas por encima de Amaiur. Bildu tuvo muy buenos resultados en las pasadas elecciones, incluso mejores que los que esperaban. No se si el entusiasmo que había entonces se mantiene a día de hoy, tengo algunas dudas. En aquel contexto Bildu partía de una situación incierta, de una legalización in extremis que pudo proyectar una imagen de cierto victimismo, de haber sido agredido por los déficit democráticos del Estado español. De todos modos, no creo que se mantenga ese efecto en la actualidad, y creo que por tradición, por identidad y por programa tendremos mayor presencia que Bildu en Madrid.

Sino fuera así, ¿podría suponer un drama para el PNV verse superado en las urnas por la coalición soberanista?

No. La existencia de Amaiur la analizamos desde la perspectiva de la normalización. Desde esa perspectiva no nos preocupa Amaiur, porque hemos luchado por la normalización y por la pacificación de este país sin realizar cálculos electorales. A otros partidos se les puede reprochar que el tema de la violencia, el tema de la pacificación, ha sido utilizado de forma bastarda para obtener réditos electorales recurriendo a registros electorales muy fáciles de mover.

El PNV tuvo la opción de integrarse en la coalición abertzale. ¿Por qué rechazaron incorporase en Amaiur?

En este momento era muy prematuro, no estaba madura la idea de concurrencia conjunta a los comicios, que era lo que proponía Bildu. Porque las trayectorias de ambos partidos son sustancialmente diferentes y, sobre todo, por la ideología. Poco coincidente salvó en el reconocimiento del principio de autodeterminación. No conocer lo que piensa Bildu sobre cómo afrontar el problema del desempleo, por ejemplo, y la inconcreción de sus propuestas, hacían inviable la unión de fuerzas. Pero lo que sí es viable, y afortunadamente se está haciendo, es un inició de normalización en las relaciones entre partidos.

De cara al 20N, ¿el PNV va a continuar negociando transferencias del Estatuto de Gernika?

Vamos a seguir manteniendo la lucha por el autogobierno, ese es el signo de identidad de nuestro grupo. Hemos desbloqueado 18 competencias, pero nos hemos encontrado con una sorpresa ingrata, ya que nos hemos topado con unas transferencias que el Estado español no sólo no considera no transferibles, sino ni tan siquiera negociables, como son el FOGASA y la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. Por eso consideramos que el Estatuto está amortizado en términos políticos, ya no sirve, ahora tenemos que pensar en un nuevo marco de relación con el Estado español. Ya se intentó bajo el mandato de Ibarretxe, y lo vamos a volver a intentar en el año 2015.

¿Por qué en 2015 y no antes?

Porque falta un tránsito para la elaboración de la norma, para seguir los procedimientos. No nos vamos a tirar a la piscina sin saber si hay agua. Si se presentan propuestas cuyas consecuencias se pretende que sean inmediatas lleva sistemáticamente a la frustración política.

Parece que las encuestas apuntan a un victoria del PP. ¿Tiene miedo a una mayoría absoluta de Rajoy?

La mayoría absoluta de Rajoy no nos satisface. Las mayorías absolutas en el Estado han sido malas para Euskadi. Una mayoría absoluta, con un partido político que enfatiza el carácter unitario del Estado español, no tranquiliza. No obstante, tenemos la impresión de que Rajoy no es un presidente que quiera renunciar a la posibilidad de que bajo su mandato se consolide la normalización política en Euskadi.

En lo referente a economía, el PNV ha criticado algunas medidas de Zapatero. Sin embargo, ha apoyado todos los presupuestos del PSOE. ¿Por qué?

Si no llegamos a apoyar los últimos presupuestos la economía española ahora mismo estaría rescatada. Siempre nos hemos comportado con un sentido de la responsabilidad y con un carácter solidario. Pero, de todos modos, el apoyo al PSOE no ha sido neutro, ya que hemos conseguido 18 competencias tan importantes como las políticas activas de empleo.