Australia implantará la tasa por emisiones de efecto invernadero
El Senado australiano aprobó ayer un impuesto sobre los gases de dióxido de carbono para combatir el cambio climático. Australia es el país industrializado que mayor nivel de emisión tiene por habitante. El impuesto afecta a medio millar de compañías de Australia.GARA |
Australia aprobó ayer el impuesto sobre los gases de dióxido de carbono para hacer frente al cambio climático. Esta propuesta fue aprobada en el Senado con 36 votos a favor y 32 en contra. Australia es el país industrializado que más dióxido de carbono emite por habitante.
El Senado aprobó la medida tras una dura polémica causada por este gravamen, que el Gobierno laborista de la primera ministra, Julia Gillard, considero uno de los pilares de su política.
Con este impuesto, prentenden recortar las emisiones en 160 millones de toneladas de dióxido de carbono al año para 2020, es decir, en un 5% respecto a los niveles de 2000.
El impuesto se aplicará a partir del 1 de julio de 2012 a cerca de medio millar de compañías de Australia que se sitúan entre las que más contaminan, la mayoría de los sectores eléctrico, minero y energético. El coste será de 23 dólares australianos (17,3 euros) por cada tonelada de dióxido de carbono que emitan a la atmósfera.
Además, la cuantía de dinero que las empresas deberán pagar al Estado aumentará gradualmente hasta julio de 2015. Este año, se aplicará un sistema de comercio de emisiones similar al de la Unión Europea. Lo que supone que será el mercado internacional el que establezca los precios.
Declaraciones
La propuesta aprobada por el Senado suscitó declaraciones de todo tipo, tanto a favor como en contra.
La primera ministra australiana, Julia Gillard, del Partido Laborista hizo sus primeras declaraciones nada mas conocer los resultados de la votación, subrayando que se trata de «un importante hito en los esfuerzos de Australia para frenar la contaminación» y poder aprovechar «las oportunidades económicas y laborales del futuro».
El también laborista en el parlamento de Victoria Telmo Languiller, destacó la posibilidad y el deber de pagar el impuesto ya que su Producto Interior Bruto (PIB) es «trillonario» y las principales empresas contaminadoras «tienen ganancias de miles de millones de dólares».
Por su parte, el líder de la oposición, Tony Abbott, del Partido Liberal de Australia, señalo en un comunicado que «Gillard y el Partido Laborista han confirmado legalmente su traición al pueblo australiano», ya que los laboristas prometieron que no aplicarían ningun impuesto como el que presentaron ayer. Abbott además, se comprometió a derogar la ley aprobada si gana las proximas elecciones de 2013.
Australia, con este impuesto, pretende recortar sus emisiones en 160 millones de toneladas de dióxido de carbono al año para 2020. Es decir, reducirlas en un 5% en relación con los niveles del 2000.