El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pondrá su cargo a disposición del presidente de la República de Italia, Giorgio Napolitano, una vez que se aprueben las primeras reformas económicas exigidas por la Unión Europea (UE). El propio Berlusconi confirmó este extremo tras el encuentro mantenido con Napolitano, después de que su Gobierno perdiera la mayoría absoluta en una crucial votación en la Cámara de Diputados, y aseguró que no contempla otra posibilidad que unas elecciones anticipadas. Pero habrá que ver si cumple su palabra, ya que al dimitir perdería su inmunidad e impunidad y tendría que rendir cuentas en los tribunales por varios casos de corrupción y de abuso de poder e incitación a la prostitución de menores.

Según el comunicado de la Presidencia, Berlusconi expresó una «gran preocupación por la urgente necesidad de dar respuestas puntuales a las expectativas de los socios europeos con la aprobación de los Presupuestos de 2012, oportunamente enmendados siguiendo la contribución más reciente con obser- vaciones y propuestas de la Comisión Europea». Una vez que el primer ministro ponga su cargo a disposición de Napolitano se abrirá el periodo de crisis de Gobierno y el presidente comenzará las consultas para ver si se puede formar un nuevo Ejecutivo, con o sin Berlusconi, y, en el caso contrario, convocar elecciones anticipadas.

Elecciones anticipadas

Tras el encuentro, en declaraciones a una de sus televisiones, Tg5, recogidas por Efe, Berlusconi aseguró que en la situación política actual sólo considera posible unas elecciones anticipadas, pero ello «deberá decidirlo el jefe del Estado». «Es necesario construir el país, dar una respuesta a Europa y a los mercados», señaló el primer ministro, que precisó que piensa en elecciones anticipadas antes que en un Gobierno técnico o formado por los actuales grupos de la oposición. «Tenemos que demostrar a los mercados que vamos en serio, la cosa más importante es el bien del país», añadió.

«Después de aprobar la Ley de Estabilidad (de Presupuestos) presentaré mi dimisión, de manera que el jefe del Estado pueda abrir las consultas y decidir sobre el futuro. No me corresponde a mí decidir qué tendrá que ocurrir, pero yo sólo veo la posibilidad de comicios anticipados porque en este momento el Parlamento está paralizado».

Berlusconi admitió que el Gobierno no cuenta ya con mayoría: «Por tanto, con realismo, tenemos que tomar nota y preocuparnos por lo que ocurre en Italia y por lo que está sucediendo en los mercados». El Ejecutivo de Berlusconi tiene por delante la ratificación en el Parlamento de una enmienda a los Presupuestos de 2012 que hace una semana aprobó el Consejo de Ministros.

En esa «maxienmienda», cuyo contenido específico se desconoce, figuran las primeras exigencias de la UE para garantizar la estabilidad financiera del país.

Está previsto que hoy el Ejecutivo presente en el Senado la «maxienmienda» a los Presupuestos de 2012, que, siguiendo su curso habitual, pueden ser votados por el pleno de la Cámara Alta ya la próxima semana. Luego, las Cuentas deberán pasar por la Cámara de los Diputados para su aprobación definitiva, que el primer ministro había calculado que se produciría con un procedimiento habitual a mediados de diciembre.

Pérdida de la mayoría

En la nota de la Presidencia se explica que Berlusconi es consciente de las «implicaciones» del resultado del voto de ayer en la Cámara Baja, donde consiguió aprobar los Presupuestos del Estado de 2010 con 308 de los 630 votos a su favor, gracias a que la oposición (321 diputados) decidió no votar, pero perdió la mayoría, lo que precipitó su caída. Los diputados que no votaron superaron a los que sí lo hicieron (309 frente a 321).

Antes de la votación que dio la puntilla a su Gobierno, hasta su principal aliado y socio de Gobierno, el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, le había pedido que «se haga a un lado». Bossi se sumó así a las exigencias de dimisión realizadas a Berlusconi por algunos de sus propios compañeros de partido y que ayer reiteró la oposición.

Este resultado puso de relieve la pérdida de apoyos de Berlusconi en las últimas semanas, después de que en un voto de confianza el 14 de octubre su Ejecutivo obtuviera 316 votos a favor, es decir, justo la mayoría absoluta de la Cámara. Ayer confiaba en lograr 310 apoyos.

Una de las claves de la votación era saber cuántos apoyos reales dentro de su propio grupo, el Pueblo de la Libertad (PdL), había perdido el primer ministro. «Me han traicionado, ¿pero éstos a dónde quieren ir?», preguntó Il Cavalieri a un grupo de diputados de su partido, tras perder la mayoría absoluta.

Después de la votación, Berlusconi fue directamente a controlar el listado de diputados y leyó los nombres de los once parlamentarios que no le votaron (cinco del Grupo Mixto, cinco del PdL y uno que se abstuvo), informó Efe. «Yo no me rindo, quiero seguir adelante», agregó.

Misión de Bruselas

Mientras tanto, la misión de la Comisión Europea que supervisará las medidas de ajuste y de reformas estructurales que debe aplicar Italia partió ayer hacia Roma «muy preocupada» por la situación económica del país.

Esa misión, compuesta por expertos técnicos de la Comisión Europea y que trabaja de manera independiente a la supervisión que llevará a cabo el Fondo Monetario Internacional (FMI), preparará «el tipo de medidas fiscales y estructurales que son necesarias para cumplir los compromisos europeos y garantizar la estabilidad fiscal y económica», explicó el comisario europeo para Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn.

Las últimas incertidumbres sobre el futuro del primer ministro italiano dispararon la prima de riesgo de la deuda italiana, que ayer volvió a marcar un nuevo récord desde la entrada en el euro, con 497 puntos básicos.