ARIAN, un método autodidacta para aprender y usar el euskara en el ámbito cotidiano
Cada vez hay menos excusas para no aprender euskara. A todos los centros de enseñanza del país se les ha sumado desde el verano el método de aprendizaje Arian, con un planteamiento autodidacta y que busca ayudar a desenvolverse en el día a día.
Ana ABARIZKETA
Egun on» dice la mujer. «Baita zuri ere. Nor zara zu?», pregunta la recepcionista, añadiendo que tiene que esperar a su turno antes de entrar en la consulta. «Eskerrik asko», responde ella. Esta es una situación absolutamente cotidiana para los euskaldunes, y podría serlo también para quienes a día de hoy todavía no lo son.
Con el objetivo de ayudar a desenvolverse comunicativamente en euskara en las distintas tareas de la vida cotidiana, acaba de crearse el método Arian, editada por Elkar y publicado este verano. Hasta el momento la acogida por parte del público -indican desde Elkar- ha sido muy buena. Dirigida a las personas con escaso o nulo conocimiento del idioma, equivalente al nivel A1, la colección Arian está dedicada a todas las personas interesadas en el aprendizaje del euskara desde una perspectiva autodidacta, aunque también puede ser usado en el aula, tanto en los euskaltegis como en los centros de enseñanza reglada (ESO y Bachillerato de los modelos B y A).
Arian la conforman tres secciones. Por una parte está Ikaslearen Liburua (El Libro del Alumno), y también Lan Koadernoa (Cuaderno de Ejercicios), además de un CD multimedia que incluye audiciones y escenas de vídeos con ejercicios. Las doce unidades didácticas de los libros se basan en lo más cotidiano, por lo que el alumno esta «obligado» a comprender las situaciones a las que ve expuesto. Asimismo, al final de cada sección el alumno dispone de un vídeo relacionado con la unidad tratada. Y junto a ello, las audiciones ayudarán a trabajar la comprensión oral del alumno.
A1, EL PRIMER PASO
En fechas aún sin concretar, la editorial espera sacar al mercado los tres tomos en soporte digital. Pero la andadura de Arian no terminará ahí, ya que los editores prevén que el método tenga continuidad con otros materiales equivalentes a niveles superiores, como el A2, que estiman publicar el próximo año. Los niveles superiores (B1, B2 y C1) se publicarán de manera sucesiva.
Las críticas hasta el momento han sido favorables, y es que, tal y como manifiesta Txantxon Zubeldia, editor de Elkar, antes de la publicación de Arian no existía en el mercado un material con estas características. Con el método de aprendizaje individual Bakarka de la misma editorial ya caduco, añade que Arian «ha dado otro salto» en este mundo del aprendizaje del euskara, porque pretende igualar el nivel existente en otros mercados y otras lenguas a nivel mundial.
Y es que los métodos de aprendizaje de idiomas han cambiado, y mucho, en los últimos tiempos, sumergiéndose más en el día a día de la comunicación oral, esto es, en la socialización del idioma. Es concretamente en este punto donde son de vital importancia tanto los audios como los vídeos que ofrece Arian, porque, como afirma Zubeldia, además de ayudar a amenizar el aprendizaje, se recoge la tonalidad del idioma que estamos aprendiendo, «y sin querer vas memorizando y aprendiéndolo».
Por todo ello, pretende ser, indicaron en la presentación del tomo, «un método moderno, completo, atractivo y sencillo» que lleve al objetivo final de la enseñanza del euskara: su uso práctico. Y es que, en palabras de Zubeldia «en este pueblo cada vez hay más gente que conoce el idioma, pero el problema es su utilización».
Los que se animen a abrir alguno de los tomos se encontrarán con la información tanto en euskara como en castellano, por lo que si carecen del nivel suficiente para comprender el euskara no tendrán de qué asustarse. En la medida en que van pasando los capítulos, las explicaciones en castellano irán disminuyendo, ya que el conocimiento del alumno respecto a la lengua será mayor.
La realización del material requirió, durante algo más de dos años, el trabajo constante de tres personas. En ese largo camino, los problemas no han sido pocos. La enseñanza de una lengua desde un nivel cero exige estructurar a la perfección cada una de las funciones que se quieren enseñar, lo que pide tener las cosas «muy claras», dice Zubeldia. El resultado es este proyecto Arian, que a su vez lleva a concluir que cada vez hay menos excusas para no casarse con la lengua más antigua de Europa.