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ATLETISMO | La Behobia

¿Etíopes en el podio de la Behobia?

La ausencia de profesionales puede aupar a los atletas llegados a través de la Fundación Etiopía- Utopía a los dos podios. Trihas Aunoon y Asefa han dominado las carreras previas de este otoño.

Miren SAÉNZ

La ausencia de profesionales puede deparar podios etíopes, hasta ahora nunca vistos en la dos clasificaciones de la Behobia a pie. Algo tan habitual en el atletismo es una rareza en estos 20 kilómetros exigentes y repletos que se pondrán en marcha a las 10.20 con la prueba en silla de ruedas y continuarán a las 11.00 con el gran pelotón.

Sí hace un año los etíopes que recalaron en Donostia tuvieron su día más amargo tras una estancia feliz, hoy pueden vivir una jornada singular. Aquel despiste que entonces les costó el podio ha servido para que pudieran regresar a la popular vasca y saldar viejas cuentas con el pasado. Entre los entrenamientos y las clases de inglés, a las que asisten un par de veces a la semana, han llegado al día grande. No están todos los que son, porque Terhas Gebre, poseedora de la segunda mejor marca de la prueba, no se ha unido al grupo.

El 8 para la plusmarquista

Como entonces, Trihas Aunoon -la plusmarquista de la Behobia que lucirá el dorsal número 8- se ha dedicado a arrasar allí por donde ha corrido. Desde el Cross de las Tres Playas, pasando por los 15 kilómetros, a la carrera del barrio de Larratxo, se ha vestido las tres txapelas secundada en esta ocasión por otra compatriota, Hiwet Kahasu Mahari (9). Aunoon, autora de un estupendo registro de 1.08:34, parece la única esperanza de retar al crono, aunque el calor y el viento anunciado para la jornada matinal no sean los mejores aliados en las pruebas de fondo.

Claudia Behobide (11) encabeza las bazas de casa, pero en la Behobia nunca se sabe, y así lo recuerdan algunas vencedoras recientes. Como la donostiarra María López de Tejada, que el año pasado se convirtió en inesperada ganadora mientras las etíopes peleaban por abrirse paso, o antes Amaia Ortega.

También han regresado Akebom Hadush Tesfay y Maru Gerezihir Gidey, que en su debut de 2010 -el del despiste y la hazaña- firmaron el cuarto y el quinto tiempo de la jornada -justo los números que llevarán en sus dorsales-, aunque no figuraran así en la interminable clasificación que encabezó el salmantino Rafa Iglesias, seguido de Chema Martínez.

Sin ellos, el protagonismo etíope puede ser total, especialmente el de Abrha Milaw Asefa (6), nuevo en la expedición de Tigris -pero no en las previas- que, como su vecina Trihas, se ha movido maravillosamente en las populares de octubre.

En sus 47 ediciones la carrera sólo ha tenido tres ganadores africanos en categoría masculina y otras tantas en la femenina, aunque ninguno era etíope, cuando hay cientos de convocatorias dominadas por ellos.

La carrera no paga fijos por participar ni reparte premios en metálico, por lo tanto no atrae a profesionales ni a los superdotados habitantes del continente negro, que han encontrado en el atletismo una importante fuente de ingresos para su supervivencia. Julius Gidaguday, (2000), Philip Rugut (2001) y Benjamin Rotich (2002) -estos dos últimos bajando de la hora en registros que hoy parecen imposibles- han sido los únicos africanos en obtener la farola -el trofeo para el ganador, idéntico al que reciben los homenajeados con el premio Donostia del Zinemaldi-.

Entre los hombres aumenta el protagonismo de atletas guipuzcoanos, como el eibartarra Asier Cuevas (10) o el irundarra Jon Arozena -quinto el pasado año-, que a la pelea por el podio pueden añadir su tentativa de pujar por el Trofeo Diego García que premia al mejor atleta guipuzcoano, en recuerdo a las actuaciones memorables del maratoniano azkoitiarra fallecido hace diez años. El catalán Marc Roig (3), el vizcaino Toñín Blanco o Thierry Blanc deben andar por delante. También el saharaui Salah Amaidan (21) ha estado en el top 10. Ahora conoce el recorrido y ya sabe lo que es enfrentarse a los toboganes.

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