«Me comprometo a que Navarra siga siendo Navarra», proclamó el candidato del PP a la Presidencia del Gobierno español en el mitin que celebró ayer en el Baluarte de Iruñea junto a su recuperado socio de coalición, UPN. Las 2.000 personas -entre ellas no se vio a Miguel Sanz, contra a la coalición- congregadas en en el palacio de congresos iruindarra estallaron en una estruendosa ovación, que aumentó en intensidad cuando Rajoy añadió «... y España».

En esta línea, anunció que si hay nueva reforma constitucional eliminará la Disposición Transitoria Cuarta, que contempla una vía de «integración» de Nafarroa en la CAV denostada incluso por sectores abertzales y nunca materializada. Minutos antes se lo había reclamado Yolanda Barcina. «Ya no tiene justificación alguna. Navarra no es transitoria, es para siempre y es un orgullo ser una pieza fundamental de España», subrayó la presidenta de UPN.

Previamente, Barcina mostró su confianza en que cuando Rajoy sea el nuevo inquilino del palacio de la Moncloa, «Navarra nunca será objeto de cambio ni habrá chalaneos a costa de nuestra identidad».

Rajoy también coincidió con Barcina en su apoyo a «las víctimas del terrorismo», que personificaron en Reyes Zubeldia, la viuda del concejal de UPN de Leitza José Javier Múgica.

Junto a ello, Mariano Rajoy anunció que atenderá las demandas que se le trasladen desde el Gobierno navarro. En ese momento, la señal institucional del mitin no enfocó ni a Santiago Cervera -número seis de la lista del PP en Madrid- ni al resto parlamentarios de su grupo en Iruñea, que actúan de oposición frente al Ejecutivo de UPN-PSN que lidera Barcina.

Rajoy no hizo más referencias a la situación de Nafarroa ni del resto de Euskal Herria, centrando su intervención en cuestiones económicas y prometiendo recetas neoliberales hasta la saciedad «para lanzar a España, a Europa y al mundo un mensaje de confianza».

Barcina había animado previamente a introducir recortes -«medidas de ajuste», según su denominación- «como yo he hecho en los cuatro meses y medio que llevo gobernando, porque es la mejor contribución a España». Así, ofreció a Rajoy «la receta navarra», consistente en «concertación, diálogo con los agentes sociales y toma de decisiones eficaces y a tiempo».

Sin embargo, la presidenta de UPN sí que centró buena parte de su discurso en el nuevo tiempo abierto por la decisión de ETA, destacando que «ha habido vencedores y vencidos y éste va a ser el relato de la historia de España que vamos a difundir». En este punto, reclamó a Mariano Rajoy que «gestione la derrota de ETA».

Barcina también subrayó que el resucitado pacto con el PP -«que yo propuse a Mariano Rajoy»- tiene como objetivo consolidarse como primera fuerza política en Nafarroa y tratar de lograr el tercer escaño, arrebatándoselo a «los nacionalistas vascos, que en estas elecciones se presentan con dos caras. Una es la radical, la dura, la de Bildu, Batasuna o Amaiur o como se llamen ahora. La otra es la amable, más ambigua, la de Jeroa Bai [sic]. Pero las dos caras tienen el mismo objetivo, que es que Navarra pierda su identidad, y eso es algo que no se lo vamos a consentir», añadió Barcina, que emplazó a todos sus simpatizantes a acudir a las urnas el próximo domingo, «porque ninguno de los nacionalistas vascos se va quedar en casa. No nos podemos fiar y no podemos dar la victoria por conseguida hasta que termine el recuento de la última papeleta».

La presidenta de UPN también defendió la necesidad de vencer para que «el TAV sea posible a pesar del calamitoso estado de las cuentas públicas».

En este sentido, recordó que Mariano Rajoy «fue clave para llevar a buen puerto la construcción del pantano de Itoiz y del Canal de Navarra» durante su etapa como ministro de Administraciones Públicas en el primer gobierno de José María Aznar, por lo que mostró su confianza en que como presidente del Gobierno español dé un nuevo impulso a esta macroinfraestructura.