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El seleccionador de Euskal Herria destaca la importancia de la baja de Illarramendi y la compara con la de Xabi Alonso hace diez años

Etxarri, Olabe e Iriarte transmiten su confianza en la plantilla y reclaman unidad

Tres de los últimos directores deportivos recuerdan los errores cometidos en el pasado cuando se sustituyó a los responsables y se dudó de todo y recuerdan que el Consejo maneja más información para decidir.

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Joseba ITURRIA

Miguel Etxarri, Roberto Olabe y Salva Iriarte, tres de los técnicos que se han sentado en el banquillo de la Real, que han trabajado en el club en distintas facetas y que han desempeñado la máxima responsabilidad deportiva, analizan para GARA la situación actual desde su conocimiento técnico del fútbol, de la entidad blanquiazul y desde su propia experiencia directiva.

En base a eso todos coinciden a la hora de destacar su confianza en la calidad de la plantilla de la Real, en la importancia de estar unidos y transmitir apoyo a jugadores y técnicos y al recordar que los máximos responsables manejan una información que no tienen los aficionados ni los medios de comunicación que piden destituciones. Confían en el Consejo y en la dirección deportiva a la hora de tomar las decisiones.
Miguel Etxarri, director deportivo desde 1995 hasta 2001, segundo de Gonzalo Arkonada en la 2005-06 y seleccionador de Euskal Herria, ve que «se levantan expectativas de que vamos a jugar como el Barcelona o el año pasado, que vamos a ir a UEFA, y cuando no se cumplen se pasa de la euforia a decir que somos una mierda. En mis años de director deportivo nos clasificamos siempre entre los diez primeros menos dos veces que fuimos decimoterceros y se tuvo que ir hasta el presidente. Y años antes se le echa a Ormaetxea como entrenador...».

Sobre la marcha actual del equipo entiende que «yo doy importancia a que un equipo juegue de memoria. Ha habido dos partidos decepcionantes ante Zaragoza y Rayo. En el resto, por momentos se ha jugado muy bien o bien. El problema es que en Mallorca y Valencia, en el encuentro más completo, hubo muy mala suerte. Pero el equipo y la plantilla ha demostrado ser suficiente para competir en Primera y hay que confiar en la directiva y el director deportivo, son los que conocen los problemas internos y los que deben tomar decisiones. No es momento de presionar a la directiva sobre ceses, sino de unirnos».

Destaca como aspectos positivos «la confirmación de Illarramendi e Iñigo como jugadores de Primera, no sólo por su calidad, sino porque dan la impresión de ser veteranos. La baja de Illarra ha tenido influencia en la marcha del equipo, porque era un jugador muy importante en el 4-3-3. Algunos dicen que no se puede estar en manos de un chaval, pero recordaría qué pasó en la temporada 2001-02 cuando se lesiona Xabi Alonso y en los ocho primeros partidos sin él sacamos dos puntos. Y también tenía 20 años. Por el esquema y la forma de jugar su puesto es muy importante porque sin él no dominamos la zona central por delante de los centrales. Eso genera muchos problemas al entrenador. El partido en el que menos sufrimos por el centro fue contra el Granada porque Aranburu jugó muy bien tácticamente y no se movió del centro del campo».
Sobre el 4-3-3 entiende que «es un sistema para equipos con jugadores técnicamente superiores al rival. El Athletic ahora parece que le ha cogido el truco, pero el primer mes lo pasó fatal. Necesitas ser superior al rival y se precisa un tiempo y, si falta Illarra, que le había cogido el tranquillo para equilibrar esa zona... Deberíamos recordar con quiénes andábamos bien, en los últimos partidos han faltado él, Agirretxe, Aranburu...».

Sobre el mal rendimiento de algunos jugadores recuerda que «no puedes decir que un jugador es malo dentro de un equipo que está jugando mal. No se puede decir que Xabi Prieto o Griezmann no valen. No podemos dudar de la validez de estos futbolistas porque han demostrado su calidad y no se les ha olvidado jugar a fútbol. Hay que ayudarles y dejar tranquilos al Consejo y a los técnicos porque son los que tienen toda la información y tomarán las mejores decisiones para la Real».

Roberto Olabe

En la misma línea, Roberto Olabe, entrenador en la parte final de la 2001-02 y director deportivo desde el 2002 a 2005 y actual técnico del Real Unión, destaca que «desde fuera no es fácil emitir un juicio de valor. Puedes tener una opinión, pero no tienes toda la información del día a día. En nuestra sociedad de la inmediatez vende más el conflicto que la tranquilidad y en la Real hemos presumido de ser diferentes, algo seguimos siéndolo, pero nos vamos contagiando de lo que no nos gustaba».
Por eso más importante que su opinión de la actualidad es la reflexión de lo que le tocó vivir cuando en la temporada 2004-05 era el responsable deportivo del club. Su apuesta por la cantera y por los futbolistas guipuzcoanos, 14 en la plantilla, fue machacada principalmente por un periódico: «Cada domingo jugábamos con ocho guipuzcoanos en el once y ninguno valía. Ni Riesgo, ni Barkero, ni Gabilondo, ni Garrido, ni Xabi Prieto, ni Labaka, ni Arteta y resulta que siete años después todos están en Primera y a nosotros nos sacaron a boinazos. Nos pasó una vez y pensaba que el ser humano es inteligente, que habiendo pasado por el purgatorio se había dado el paso de hacernos fuerte con lo que nos hace fuertes, pero...».

«Hace un año estábamos encantados de estar en Primera, de que saliera gente de abajo. Hace un año teníamos todos mucha ilusión y tensión para ayudar al equipo y un año después hemos perdido la paciencia. Es muy importante que todos seamos partícipes de esa idea, con el ascenso se consiguió que nos pusiéramos de acuerdo de lo que tiene que ser la Real Sociedad y me da la sensación de que un año después volvemos a lo de hace ocho o diez, cuando se ponía todo en duda. No puede ser, por ejemplo, que se dude de la banda derecha, que con Xabi Prieto y Carlos Martínez es una de las mejores de Primera».

Es partidario de dar continuidad a los proyectos –«En mis ocho años de gestión deportiva sólo decidí una destitución en Valladolid. Todo está basado en la confianza»– y de transmitir tranquilidad a la plantilla: «En la medida en que los que estén dentro se sientan ayudados serán más fuertes. Y serán más débiles si ven que se duda de ellos. Tenemos un equipo unido como el año pasado, con jóvenes ilusionantes, con veteranos conocedores de la casa, de la categoría y de las dificultades y jugadores externos que no estoy de acuerdo con que deban marcar la diferencia, sino que deben ayudar a soportar el proyecto y tener una plantilla equilibrada».

Recuerda que la Primera es una categoría complicada en la que este año tienen problemas equipos del presupuesto de Atlético de Madrid y Villarreal: «Para todos es difícil y por eso es muy importante que no perdamos la perspectiva y ayudemos a jugadores como Xabi Prieto o Antoine, que no están pasando su mejor momento. Entendamos que uno ha venido de un Mundial sin pretemporada, que se incorporan cinco jugadores y dos son jóvenes con los que tienes que pagar un peaje y se lesiona Illarra. Que los fichajes se han perdido dos meses de pretemporada y queremos que la adaptación sea inmediata. No ha sido un escenario fácil y ante un proyecto ilusionante y en crecimiento hay que ayudarle. Todo lo que crece tiene dificultades. A una planta hay que echarle agua, abono, cuidarla... No es el momento de abandonar a nuestra gente, de poner en duda a todo el mundo. Todos hacen las cosas por algo que se nos escapa y no podemos enjuiciar siempre las decisiones».

Y sobre todo se rebela cuando se tacha a los jugadores de falta de carácter: «Los que han llegado al primer equipo si algo han tenido en su período formativo es carácter competitivo ante equipos que han podido tener más calidad. Ellos no han sido virtuosos. Como no ganas empiezas a buscar culpables o carencias, pero no me creo que se les haya olvidado competir porque lo han hecho toda la vida».

Salva Iriarte

Salva Iriarte ha pasado décadas en la Real como jugador, entrenador, técnico y director deportivo y entiende que «los nervios son normales, pero desde dentro se deben tomar las decisiones sabiendo lo que tienen entre manos. Ellos saben a qué entrenador han fichado y en función de eso deciden si tienen que aguantarlo porque está trabajando bien. Hay que confiar en el trabajo que se hace, para eso tienen un equipo de técnicos, para saber si la línea es la correcta. Si es así, hay que estar tranquilos y aguantar».
Añade que la Real tiene «una plantilla ilusionante. Una cosa son los resultados puntuales, pero la plantilla tiene mucho margen de mejora. Los partidos de Mallorca y Levante no fueron justos con la Real y hay que seguir en esta línea porque no he visto al equipo tan mal. Cuando te van pegando palos, un equipo joven siempre tiene problemas porque dar la vuelta a la situación es más complicado, pero tenemos una plantilla para competir muy bien en Primera, sin pasar apuros».

El beasaindarra recuerda que «cuando he estado dentro he apostado, apuesto y apostaré por la juventud y la gente de casa. Sabes que vas a tener problemas, pero si el trabajo va bien encauzado y hay confianza en lo que se hace, al final sale bien. Otra cosa es que se creen dudas y no haya esa confianza. Lo más importante es estar todos juntos y que se tome la decisión que se tome, los que somos de la Real defenderemos a la Real a muerte en cada partido. Luego, al acabar, llegará el momento de decir lo que cada uno piense».

Acudió a Vallecas «y decidí marcharme media hora antes del final, algo que no había hecho nunca, por lo que estaba sufriendo. En toda mi vida profesional no había visto nada parecido a que se te lesionen dos jugadores, te expulsen a otro y te piten un penalti en quince minutos. Para un equipo tan joven es mucho lastre, pero no se pueden bajar los brazos así nunca en un campo».

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