Siguen graves tres de las mujeres apuñaladas el lunes en Santutxu
El trágico suceso ocurrido el lunes en Santutxu -donde un joven armado con un cuchillo apuñaló a siete personas, una de las cuales falleció- dejó también el balance de seis heridos -cuatro mujeres y dos hombres-. Los varones fueron dados de alta el lunes por la tarde. De las cuatro mujeres, tres permanecen estables dentro de la gravedad y evolucionan favorablemente; el estado de la cuarta es menos grave, según informó ayer Osakidetza.
Jon ADAN | BILBO
El suceso ocurrido el lunes en Santutxu, donde un joven apuñaló a siete personas, dejó este trágico balance: un hombre de 65 años fallecido -Kepa Mallea- y seis heridos -concretamente, cuatro mujeres y dos hombres.
Los dos varones, que fueron trasladados al hospital de Galdakao con heridas en las extremidades inferiores, el abdomen y el brazo, recibieron el alta el mismo lunes por la tarde.
En cambio, tres de las mujeres apuñaladas continuaban ayer en estado grave y la cuarta evoluciona favorablemente de sus lesiones. Las dos mujeres ingresadas en el Hospital de Cruces fueron intervenidas el lunes. A.M.Z., de 30 años, se encontraba estable con pronóstico grave, mientras que A.M.P, de 47 años, evolucionaba favorablemente dentro de la gravedad.
Las otras dos heridas fueron trasladadas al Hospital de Basurto. E.V.U, de 20 años, fue intervenida la noche de ayer y quedó ingresada en la unidad de reanimación, estable pero dentro de la gravedad. Por su parte, M.M.V., de 21 años, evolucionaba favorablemente y su estado es menos grave, según concretó Osakidetza.
Recuerdo al fallecido
Kepa Mallea Olaetxea, el vecino de Santutxu que resultó muerto, era muy conocido en este barrio bilbaino y muy querido entre sus más allegados, tal como éstos pusieron de manifiesto ayer en el contexto de la concentración realizada ante el ayuntamiento.
«Una persona muy humana»; con esta imagen se quedó Eloisa Larrea, profesora y compañera de Mallea en el instituto Ibaizabal de La Peña, donde trabajó varios años como profesor. Como recordó a GARA, a las 12.30 del mediodía del lunes le confirmaron el fallecimiento de Kepa y la noticia cayó como un jarro de agua fría en el instituto, provocando una «llorera general» entre el profesorado.
Larrea definió a la víctima como «un hombre que vivió la vida a tope, muy activo y humano, que siempre tenía una palabra para todo el mundo. Era una persona muy cercana, siempre se acercaba a preguntar, para interesarse por la gente».
Era amante de todo lo relacionado con la naturaleza y también del mundo del bertsolarismo. «Siempre nos hablaba sobre los pastores vascos, sus huertas, y era un apasionado de la montaña», añadió la profesora, subrayando la huella que dejó en el centro: «Hizo una aportación muy importante al mundo del euskera en los años en los que el idioma no pasaba por un buen momento». Y gracias a su labor en el bertsolarismo, contribuyó a solucionar conflictos entre el alumnado. En el adostoki -lugar donde solucionan los problemas los más pequeños en el instituto Ibaizabal- se puede leer: «Entzungo dizut entzun eidazu, adostokian gabiltza, bion artean zaila denean, dugu bitartekaritza, elkar adosten dakigunean atsegina da bizitza, gure gatazkak bideratzeko arma onena da hitza». Un bertso compuesto por Mallea que todavía permanece allí.
Y continuó implicándose en este ámbito después de jubilado: «Solía venir a visitar a sus antiguos alumnos y nos ayudaba con la pequeña huerta que tenemos en el instituto; además nos solía preparar los perretxikos de la comida de Navidad que organizamos todos los años», recuerda Eloisa Larrea.
Para recordar a Kepa Mallea y en solidaridad con los heridos, el Ayuntamiento de Bilbo convocó una concentración silenciosa que se llevó a cabo ayer, al mediodía, en las escalinatas del ayuntamiento. El acto finalizó con un caluroso aplauso. Al mismo asistieron representantes de todos los grupos políticos representados en el Ayuntamiento.
En la concentración, en la que participó más de un centenar de personas, también fue notable la presencia de profesores y antiguos alumnos del centro educativo bilbaino en el que trabajó Mallea antes de jubilarse.
El agresor, Bijan Alizadeh, que fue trasladado el lunes por la tarde a la Unidad de Psiquiatría del Hospital de Basurto, es una persona «absolutamente perturbada», según los primeros análisis médicos efectuados.