ELECCIONES EN UN NUEVO TIEMPO
Dos campañas muy convulsas bajo el signo de la ilegalización
Este recorrido histórico concluye con las dos últimas campañas de las elecciones estatales, alteradas completamente por la ilegalización de la izquierda abertzale. La caza de papeletas en 2004 y el plante de 2008 son los antecedentes inmediatos de un 20N en el que los independentistas sí tendrán al menos una opción legal y válida.
Vascos en Madrid (y XII) | 2004 - 2008
Ramón SOLA
La indefinición sobre Sortu sigue, pero esta campaña y las elecciones de mañana resultan sin duda muy diferentes a las anteriores. Los comicios estatales de 2004 y 2008 estuvieron marcados completamente en Euskal Herria por la ilegalización, lo que se tradujo en alta tensión, mientras por su parte ETA cometía atentados en ambos periodos, como el que costó la vida al ex edil del PSE Isaías Carrasco a apenas dos días de los últimos comicios.
Las dos semanas de 2004 se desarrollaron en Euskal Herria en un clima muy tenso, que se dispararía al máximo tras la masacre del 11-M, a cuatro días del paso por las urnas, y el intento del PP de responsabilizar a ETA. La ofensiva se tradujo en las muertes de Anjel Berrueta en Iruñea y de Kontxi Sanchiz en Hernani.
Pero ya en las dos semanas anteriores, la persecución a las papeletas por la autodeterminación repartidas por la izquierda abertzale (se imprimieron nada menos que tres millones) desencadenó todo tipo de incidentes: cargas, heridos, identificaciones a mansalva, denuncias constantes ante los tribunales... Una de las situaciones más tensas se vivió en Donostia el sábado de mitad de campaña. Tras la prohibición del acto previsto por la izquierda abertzale en el Velódromo, se convocó una manifestación que fue abortada por la Ertzaintza. Los miles de participantes optaron por una sentada con las papeletas de voto en la mano. Arnaldo Otegi acusó a la Ertzaintza de haber intentado crear «otro 14-S», en referencia a la carga de las tanquetas en Bilbo el año 2002.
Hubo de todo: desde la protesta de un joven que se coló en el Teleberri de ETB hasta la interrupción del derbi Osasuna-Real Sociedad con una pancarta por la autodeterminación.
Cuatro años después, tras el veto a ANV, la izquierda abertzale optó por una abstención activa como «plante ante el Estado». Esto hizo que las interven- ciones policiales fueran menores, ya que se evitó la «caza de la papeleta» que había marcado todos los comicios anteriores.
En ambos casos, el electorado respondió. En 2004 se computaron 120.000 nulos, y en 2008 la abstención subió ampliamente. Nada que ver, en todo caso, con mañana, cuando habrá ocasión de incidir a través de un voto válido y tras una campaña mucho más normalizada.