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CRISIS DE LA DEUDA SOBERANA EN LA ZONA EURO

El BCE salva con un parche la deuda española, que volvió a dispararse

La jornada de ayer en los mercados de deuda fue caótica. Un error técnico y el hecho de que el Estado español colocara sus bonos a 10 años al interés más alto en los últimos 14 hicieron que sus títulos se disparasen y obligó a actuar al Banco Central Europeo, que compró deuda española e italiana y calmó las aguas. Por su parte, Bruselas se negó a atender la súplica de Madrid de mayor intervención y le dijo que se salve a sí mismo.

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Aritz INTXUSTA | IRUÑEA

El Estado español e Italia se mueven como funambulistas en un alambre sobre el abismo del mercado de deuda y, de nuevo, amenazando con lastrar a toda la eurozona. La «horrorosa» adjudicación de bonos a 10 años del jueves ha provocado que Madrid tenga que pagar unos intereses por su deuda superiores al 7%, algo desconocido desde los tiempos de la peseta. Esto conllevó que el día arrancara en el mercado secundario con unas cifras iniciales desorbitadas.

Se produjo un caos: la curva de la deuda española, alimentada por un «error técnico», se cruzó con la de la italiana y la superó, después cayó a plomo, gracias a una compra del BCE, tímido como siempre, que logró al menos que todo se estabilizase un poco. Los líderes europeos comenzaron a reunirse y a hacer declaraciones para calmar a los exaltados especuladores, pero siguen inmóviles. En definitiva, resultó una nueva jornada de infarto para acabar sin grandes cambios. La prima de riesgo española sigue por las nubes y no existe garantía de que hoy vaya a solucionarse, porque el BCE sigue empeñado en no darle a la máquina de hacer euros.

Ante la adjudicación de bonos a diez años con un interés del 7% -que sería la barrera del rescate, pero no hay dinero para rescatar al Estado español y a Italia-, el Gobierno de Zapatero reclamó que el BCE actúe de forma firme. Es decir, que se comporte como la Reserva Federal de EEUU o el Banco Central Japonés e imprima más dinero si es necesario, lo que dotaría a la entidad de unos recursos ilimitados. Así actuaba también el Banco de España antes del euro, lo que permitía contrarrestar las subidas de la prima de riesgo. Sin embargo, esta decisión depende ahora del conjunto de la eurozona y no todos sus miembros se encuentran en la misma situación. Otros países como Alemania se financian sin problemas, ajenos a estas turbulencias, y, de hecho, que el BCE se comporte de esta forma les reporta beneficios.

Según la prensa alemana, el BCE contaría con 20.000 millones de euros semanales para contener los mercados; esto permite parchear, pero no supone un dique de contención serio.

Bruselas ha sido tajante: «Lo más importante es que España se ayude a sí misma». El portavoz de Asuntos Europeos, Amadeu Altafaj, aseguró que la UE ya hace todo cuanto puede y que la solución pasa únicamente por las políticas que se decreten en Madrid, que tendrán que ir dirigidas a la contención del gasto público.

La compra del BCE y el error

El BCE compró de nuevo ayer deuda española cuando la prima se disparó. Las emisiones del Estado español rondaban los 520 puntos por encima del Bund alemán cuando despertó el Banco Central. Su actuación supuso que cayeran de golpe en 70 puntos. Sin embargo, eso apenas supone un alivio, porque la deuda del Estado español sigue en niveles de peligro y ya van muchos meses perdiendo dinero al colocar deuda pública. En concreto, en la emisión del jueves se colocaron 3.562 millones a un 7,088 de interés, un 30% más que el mes pasado. Y eso ya no tiene vuelta atrás. La ministra de Economía, Elena Salgado, señaló que «no está justificado» que los inversores no quieran apostar por títulos de deuda española. Quiso aclarar que ayer se produjo un «error técnico» y que se tomó mal la referencia para medir la deuda española, por lo que gran parte de las turbulencias se debieron a un mal cálculo que provocó a su vez que pareciera que la deuda española superaba a la italiana, cuando no fue así. Finalmente, Madrid cerró con 444 puntos y Roma con 468, bajando respecto al jueves.

Pese a que el «error técnico» fue real, después de lo ocurrido recientemente con Grecia e Italia nadie se fía de que no se produzcan nuevas quitas en otros países de la zona euro. El mercado de deuda soberana es tradicionalmente conservador y no le gusta correr demasiados riesgos. Y, tal y como están las cosas, los inversores parece que sólo confían ya en el Bund alemán.

La compleja situación ha dividido a la UE en dos bloques: los que ganan en este río revuelto y los que están siendo incapaces de remontar el vuelo. Alemania, beneficiada porque todo el mundo quiere comprar su deuda, lidera el bloque de los que hablan de «una Europa a dos velocidades», y junto a ella se alinean otras economías como, por ejemplo, la finlandesa.

Frente a ellos, se encuentra el bloque de los PIIGS (tal y como se conoce de forma irónica a Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España, ya que pigs, en inglés, significa cerdos). Las llamadas de socorro de estos estados tienen su peso. Ayer, el propio Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, pedía «más Europa». En realidad, lo que esconde el lema «más Europa» es cambiar las normas de la política económica común para convertir el BCE en una entidad con crédito ilimitado o para crear unos «eurobonos». Ambas opciones serían potencialmente capaces de acabar con la espiral en la que está sumergido el Estado español; pero en Europa no rige una democracia al uso, sino que tiene más peso quien tiene más dinero.

En este sentido, el bloque alemán cada vez tiene más poder y el otro, menos. De todas formas, en esta correlación de fuerzas empieza a haber un cambio sustancial, ya que el Estado francés se ha quedado tocado después del hundimiento griego. La situación de París empieza a ser incómoda, dado que su diferencial con el Bund empieza la cuesta arriba, aunque en unos márgenes mucho más pequeños que los de Madrid y Roma. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se reúne con la canciller Angela Merkel la próxima semana.

Londres media, pero sin éxito

La batalla política sobre cómo se debe afrontar la crisis de deuda tuvo ayer dos escenarios y en ambos participaban los alemanes. Por un lado, el primer ministro británico, David Cameron, se reunió con Merkel; y por el otro, en Frankfurt, el nuevo presidente del BCE, Mario Draghi, realizó declaraciones en el Congreso Europeo de la Banca.

Cameron trató de convencer a Merkel para que elimine la prohibición del BCE para intervenir en los mercados primarios de deuda, ya que hasta ahora sólo entra en la reventas de títulos. No tuvo demasiado éxito. «Obviamente, no estamos de acuerdo en todos los puntos», reconoció el líder torie al término de la reunión.

Por su parte, Draghi reclamó más poderes para el BCE y que los países avancen en los acuerdos pactados. «No deberíamos esperar más», apuntó en referencia al aumento de fondos para comprar deuda. El ministro de finanzas alemán, que intervino a continuación, habló de un lento desarrollo legal antes de acrecentar las reservas del BCE.

Ante esta indecisión, la forma más barata y con menos coste para intentar frenar la desconfianza de los inversores en los países de la eurozona ha sido poner a gestores con una imagen de seriedad en el plano internacional. Así, se ha colocado a Lukas Papadimos en Grecia y a Mario Monti en Italia. El PP ha dicho que, si cuenta con un gobierno fuerte, el efecto será equivalente al de tener un tecnócrata en el poder. Sin embargo, muchos analistas creen que los mercados deberían de haber premiado ya al Estado español, puesto que el Gobierno del PP ya está en todas las quinielas. En su descargo, cabe señalar que Monti y Papadimos han calmado a los mercados.

reducir el déficit

Elena Salgado aseguró que el Estado español cumplirá con el requisito de reducir el déficit público al 6% del PIB, al tiempo que reiteró que la petición de un rescate financiero está «fuera de toda consideración».

EN CIFRAS

444

La prima de riesgo española se estabilizó ayer al cierre de los mercados en los 444 puntos gracias a la intervención del BCE. Bruselas actuó cuando rondaba los 520. Supone una bajada con respecto a la víspera de unos 20 puntos. Por su parte, la prima de riesgo italiana cerró con 468.

23.800

El Estado español calcula que pagará entre 23.600 y 23.800 millones de euros en vencimiento de deuda este año, 3.400 millones menos respecto a los 27.000 millones presupuestados por el Tesoro.

20.000

El BCE, según una filtración de un diario alemán, dispondría de 20.000 millones de euros al año para actuar en mercados secundarios de deuda. El Banco Central Europeo, sin embargo, sigue con su política de mutismo. Sólo avisa de lo que hace después de hacerlo. De hecho, ni siquiera reconoció que ayer compró deuda ni cuánto fue el importe de esa adquisición.

187.000

Hasta ahora, sin contar la operación de ayer, el BCE ha comprado ya 187.000 millones de euros en deuda pública desde el pasado mes de agosto.

8.300

A pesar de la turbulencia de la jornada de ayer en el parqué, el IBEX ganó un 0,48%, superando la barrera de los 8.300 puntos.

más tecnócratas

En caso de que los gobiernos de los estados de la Unión Europea no cumplan con estrictas leyes de déficit y endeudamiento, tendrían que delegar su soberanía a Europa, al menos temporalmente, según el presidente del Bundesbank.

los británicos huyen

En los últimos tres meses, los bancos británicos han reducido en una cuarta parte los préstamos a las entidades financieras de los países de la periferia de la zona euro, como Grecia, Italia o el Estado español, según publicó ayer el «Financial Times».

pensiones polacas

Los tentáculos de la crisis europeas se extienden más allá de los países que copan titulares y de la eurozona. En Polonia sacaron ayer también la tijera contra las pensiones, que no son muy holgadas, y elevaron la edad de jubilación hasta los 67 años.

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