La autonomía de la mujer y la igualdad son dos principios básicos en la lucha del pueblo kurdo
Euskal Herria ha recibido la visita de tres representantes de la organización de las Mujeres Kurdas por la Paz (CENÎ), fundada en 1999 en Alemania, que han explicado las experiencias de lucha de las mujeres kurdas y la situación actual de Kurdistán.
Garazi MUGERTZA
Havîn Ceren, Zine Melati y Zelal Rengin, las tres representantes de Kurdistán Norte en la organización Mujeres Kurdas por la Paz han visitado Euskal Herria de manos de la Asociación Cultural Mikelazulo (Orereta), para compartir sus experiencias de lucha y informar sobre la participación en la lucha de la mujer kurda y la actual situación del pueblo kurdo, dividido y dispersado en cinco estados.
La perspectiva de la mujer es muy importante en la lucha de Kurdistán Norte -bajo la administración del Estado turco- a la hora de tomar las decisiones. Tanto los partidos políticos como las asambleas del pueblo cuentan con la participación activa de las mujeres, fuera y dentro de sus fronteras.
El partido BDP es un claro ejemplo de la importancia de esta participación, pues posee un sistema único en Turquía, que consta de dos líderes en cada estructura, un hombre y una mujer. Este sistema llega hasta las estructural locales. Así, en los ayuntamientos, si el alcalde es un hombre la vicealcaldesa será mujer, y viceversa.
También en el Parlamento, donde el BDP junto a otros partidos de izquierda cuenta con 36 escaños, la presencia de la mujer está regulada y en la actualidad un tercio de los diputados es mujer.
Tanto en el partido como en las asambleas de los pueblos se siguen tres principios basicos: Crear una sociedad democrática, no sexista y ecologista. Y para ello, la participación de la mujer es fundamental.
El papel clave de la mujer quedó claro en la Coordinadora de las Asambleas Juveniles, que acordó no tomar ninguna decisión sin su participación. Una iniciativa que demuestra la concienciación de la juventud kurda en el norte del país.
Havîn Ceren, una de las tres mujeres que visitó Euskal Herria, recuerda que «el kurdo era un sistema patriarcal» y asegura que con la revolución social ha ido cambiando. «Los temas que antes eran tabú se han debatido y modificado» añade. Afirma que «la revolución no es aun del todo perfecta, pero se han conseguido muchas cosas».
Así, mediante la lucha, han logrado abolir la dote en las bodas, en la gestión local de los municipios donde gobierna el BDP no se acepta a hombres que practiquen la poligamia y a los responsables de agresiones sexistas se les retira el sueldo -que va a parar a la mujer agredida-. Si hay reincidencia, el agresor es expulsado de su cargo público o político.
Pero no sólo la participación y la opinión de la mujer son fundamentales. Su autonomía, su derecho a decidir, también es de suma importancia. Incluso ante la oposición de la familia, las organizaciones kurdas defienden el derecho a decidir de la mujer sobre su presente y futuro.
«Desde que empezó la lucha, la mujer ha ido tomando cada vez más fuerza» concluye Havîn Ceren.
La organización CENÎ, que opera en todo el mundo, participa en la Asamblea de Mujeres de Europa, en reuniones de la agencia de derechos humanos de la ONU y en la Marcha Mundial de las Mujeres, entre otras.
Lucha constante en Turquía
La mayor parte del territorio de Kurdistán se encuentra bajo administración turca. El Gobierno de Ankara ha detenido, desde las elecciones de 2009, a unas 8.000 personas y la mitad de ellas han sido encarceladas. Los arrestos son el pan de cada día, la mayoría se realizan sin pruebas bajo la única acusación de «pertenencia a organización terrorista» y no derivan en condenas. «De los 36 parlamentarios que el bloque de izquierdas consiguió este año en las elecciones generales, seis están encarcelados» relata Ceren. Como protesta, decidieron boicotear el Parlamento.
Un conflicto de difícil resolución que, como asegura Ceren, «sólo se resolverá mediante el diálogo y la negociación con el Gobierno turco, que debe ser impulsada con la lucha del pueblo». En las últimas conversaciones que mantuvo con el Ejecutivo de Ankara, el PKK estableció la inclusión en la Constitución turca de la existencia del pueblo kurdo y del reconocimiento oficial de sus derechos, la liberación de todos los presos políticos y el fin de las acciones militares como ejes imprescindibles para una eventual negociación, pero no hubo respuesta.
Entretanto, «el pueblo kurdo está construyendo las estructuras para su propia autonomía democrática, sin esperar que el Estado se la dé» afirma. Y cita como ejemplo la ciudad de Colemerg (Hakkari, en turco) donde el 90% de la población anuncia un boicot al referendo sobre la nueva Carta Magna y donde las instituciones del Estado no tienen ninguna legitimidad.
Kurdistán es uno de los pueblos sin Estado más grandes del mundo, con más de 30 millones de habitantes. Una nación dividida entre cinco países.
El terremoto que el pasado 23 de octubre golpeó el norte de Kurdistán ha dejado en evidencia la dureza del conflicto que mantienen con el Gobierno turco.
«Los primeros días no hubo ayuda. Después el Gobierno repartió tiendas de campaña, pero sólo a quienes votaron al gobernante AKP» explica Ceren. El Ejecutivo ha negado y limitado las ayudas y un representante del AKP dijo que quienes tuvieran sus casas en pie podían volver a ella. Algunos de ellos han muerto durante las réplicas. Ahora que llega el frío, quienes se quedaron en la calle podrían morir en las precarias tiendas de campaña que les dan cobijo.
El número de víctimas mortales supera los 600. G.M.