Tercer partido seguido sin marcar en Anoeta
El crédito de Montanier se reduce al no resultar sus experimentos
Apostó por un planteamiento muy ofensivo que sólo valió para ser mejor en el primer tiempo y el empate fue un mal menor ante un rival superior. Mariga fue pitado y desde la grada se pidió la marcha de Loren.
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Joseba ITURRIA
La Real encadenó su octavo partido sin ganar y su tercero sin marcar en Anoeta y sigue en la cola, pero lo peor fueron las malas sensaciones que transmitió en la segunda parte ante un Espanyol superior. Entre los resultados, la imagen y el carrusel de experimentos se reduce el crédito de Philippe Montanier.
El técnico normando no fue el destinatario del descontento de la grada, que sólo le protestó el cambio de Illarramendi sin ser consciente de que estaba lesionado. Se reclamó más la marcha de Loren en varios momentos en la segunda mitad, pero el primero que se irá si la racha no cambia será Montanier, que sigue con sus cambios sin acertar con la tecla y cuanto más se aleja de su idea original peor le va.
Como ante el Getafe, Montanier sorprendió con un planteamiento ofensivo que sólo valió durante el primer tiempo porque así no se puede jugar a fútbol. Accedió a la petición de alinear a Llorente de salida y de volver al 4-2-3-1 y el hondarribiarra demostró que no está para ser titular. En el inicio de la segunda parte ya no podía con el partido, y jugar con ese dibujo con él y Vela en la media punta es una irresponsabilidad porque las palabras defensa, trabajo y sacrificio no entran en el diccionario futbolístico del mexicano.
No por alinear más jugadores ofensivos se ataca mejor y sí se rompe un equipo. Pasó ante el Getafe y se repitió ayer. A la grada le dio por tomarla con Mariga, pero el problema estaba más adelante. Un equipo no puede romperse de esa manera entre los seis jugadores más defensivos y los cuatro más adelantados porque al final ese ritmo es muy difícil de aguantar y el equipo que está mejor colocado, que siempre es el rival, se impone y, como ante el Getafe, lo mejor fue que la Real mantuvo el empate inicial y sumó un punto.
Mejor en el primer tiempo
A la Real, como entonces, esa forma de jugar sólo le valió en el primer tiempo, mientras aguantó físicamente el alto ritmo de un partido de ida y vuelta. Se mostró más agresiva de entrada que en anteriores jornadas y tuvo opciones para ponerse por delante en el marcador, especialmente en dos remates de Llorente y Agirretxe. Fueron las dos únicas ocasiones blanquiazules claras del encuentro.
De haber entrado alguna de ellas el segundo tiempo pudo ser diferente, pero no se movió el marcador y ahí se agotó la pólvora de los blanquiazules y la segunda mitad fue un monólogo visitante basado en la superioridad en el centro del campo de Baena, Romaric y Verdú sobre los pivotes realistas.
Además Illarramendi jugó el segundo tiempo lesionado y a Mariga le tocó asumir, sin demasiada fortuna, el trabajo que no hacían otros y la ira de la grada, dada a buscar culpables individuales. Ayer le tocó a él, a Loren y, en menor medida, a Montanier, que fue pitado por el desconocimiento de los problemas físicos de Illarramendi.
Antes había sustituido a Cadamuro, también con tarjeta y tocado. Lo más criticable, al margen de su planteamiento inicial, fue que los cuatro jugadores más adelantados acabaran el partido. Hasta en eso Montanier pareció rendirse al veredicto de la grada al retirar equivocadamente a Mariga cuando el equipo exigía el cambio de Llorente, principalmente, o Vela para equilibrar el centro del campo.
Un Espanyol que demostró su buen nivel tuvo siete opciones en el área realista en el segundo tiempo, entre las que destacó un remate al poste de Cristian Gómez. La Real sólo contabilizó un centrochut de Xabi Prieto que despejó a corner Cristian Álvarez y dos remates finales de Pardo y Aranburu. Además el equipo no reaccionó en el ambiente extraño de la segunda mitad y pareció dar por bueno el empate ante la superioridad rival.
Un punto insuficiente que deja a Montanier en una situación muy delicada porque los resultados mandan, la presión popular cada vez es mayor y le afecta demasiado a él al acceder a unas peticiones que se demuestran erróneas. Pero lo peor fue la imagen que volvió a transmitir el equipo en la segunda mitad, que resultó muy preocupante.
Un planteamiento inadecuado
Y ayer es uno de esos días en los que a la hora de buscar las razones de lo sucedido uno mira más al entrenador que a los jugadores, porque así no se pueden plantear los partidos. La experiencia demuestra que con Montanier la Real sólo ha jugado bien y ha marcado goles con el 4-3-3, pero si se decanta por el 4-2-3-1 hay que elegir los jugadores indicados. Sus cambios no han dado resultados nunca, pero el problema no es sólo de sistema, sino de la elección de jugadores. No es lo mismo jugar con Zurutuza o Aranburu en la media punta o con Griezmann en la banda izquierda y con Agirretxe como delantero centro.
Un equipo debe estar equilibrado. No se puede romper con el empate a cero desde el primer tiempo. A Montanier se le agota el crédito por desgracia para la Real porque resultaría muy perjudicial tener que sustituirle y porque sería señal de que se amplía la racha negativa. Pero no se puede mantener a un entrenador que lleve diez partidos sin ganar y que cada domingo juegue con un sistema y una alineación muy diferente.
La Real ha hecho una apuesta muy fuerte a todos los niveles por él, le ha dado la oportunidad de entrenar en Primera y si la quiere aprovechar tendrá que dar ya con una forma de juego y un once con los jugadores que mejor estén y apostar por él decididamente. Ya no le queda tiempo para más experimentos.
Montanier: «Es normal que el público manifieste su decepción»
Philippe Montanier declaró sobre la actitud de la afición y la petición de dimisión de Loren que «durante el encuentro el público ha estado bien. Luego es normal que manifieste su decepción. Nosotros también estamos decepcionados». Repitió que su futuro personal no le preocupa y más le molestó que la grada la tomara con Mariga: «Es difícil para el jugador. No ha hecho una buena segunda parte, como el resto de jugadores, pero para mí es una pena la manifestación contra un jugador, aunque tiene experiencia en el Inter y pienso que no le va a afectar».
Del encuentro dijo que «para ganar hay que marcar. En el primer tiempo tuvimos ocasiones, pero en los últimos partidos falta eficacia ofensiva. Estamos decepcionados porque queríamos ganar, pero la segunda mitad no ha sido buena. Hemos estado más desorganizados y perdimos la batalla del medio campo».
Explicó que los cambios de Cadamuro e Illarramendi fueron porque «tenían problemas desde el descanso. Esperamos para ver si podían continuar sin hacer cambios para no quedarnos en inferioridad numérica». Luego, preguntado por Llorente dio a entender que no le cambió por este motivo.
Mauricio Pochettino, técnico del Espanyol, se fue «muy satisfecho del trabajo del equipo a todos los niveles. Tras una primera parte de un ritmo muy alto en el que las fuerzas estuvieron igualadas, hicimos una segunda digna de elogiar. Tuvimos ocasiones claras y llevamos el peso del partido». J. ITURRIA
Illarramendi y Cadamuro serán sometidos hoy a pruebas médicas que determinarán el alcance de los problemas físicos que motivaron su sustitución. La Real descansa hoy y volverá a los entrenamientos mañana a las tres en Zubieta para comenzar a preparar el partido del domingo a las doce en campo del Betis.
El juvenil se impuso al Santutxu por 2-1 en el partido disputado ayer en Zubieta y se coloca cuarto en la clasificación con veinte puntos por detrás de Athletic (24), Danok Bat (23) y Osasuna (22).