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karakorum | Actividad

Apertura de un trío femenino en la Gran Torre del Trango

La rusa Galina Chibitok y las ucranianas Anna Yasinskaya y Marina Kopteva abren en la cara noroeste del seismil (cumbre suroeste) la ruta «Mundo paralelo». 35 días para una apertura de 2.580 metros de recorrido, con dificultades de 6b en la escala rusa (VI+, 7b, A3 en la nuestra).

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Andoni ARABAOLAZA

«Iñaki, ze urrun dago Kamerun», es el título de una canción del grupo Zarama. Aunque Ucrania y Rusia sean países europeos, «parece», al menos en el caso que nos traemos a colación, que están mucho más alejados que el país africano. Sí, una actividad tan brillante como la firmada por la rusa Galina Chibitok y las ucranianas Anna Yasinskaya y Marina Kopteva ha pasado desapercibida para la Europa occidental.

Sí, porque meterse entre pecho y espalda una apertura de 2.580 metros de recorrido, en 35 días y en la cara noroeste de la Gran Torre del Trango (Karakorum) no es una actividad que se haga todos los días. Nos pasó lo mismo el año pasado cuando el mismo trío femenino realizaba la segunda ascensión completa -y primera femenina- de la vía «Checa» del Amin Brakk (Karakorum). Esa aportación tampoco tuvo ningún eco en los medios occidentales.

Pues bien, la cordada ruso-ucraniana abría en estilo cápsula una nueva línea en ese bastión de la Gran Torre del Trango. Una ruta no totalmente independiente, ya que comparte algún tramo con la «Odessa» de 2003. La apertura se ponía en marcha el 22 de julio, a las 9.00 de la mañana, y justo a las 21.00 de la noche del 25 de agosto las escaladoras llegaban a la cima. Tres días más tarde se encontraban en el campo base. Una línea elegante y directa que recorre el bastión de la cara noroeste del seismil, a la que han llamado «Mundo paralelo».

Se trata de la primera apertura realizada completamente por escaladoras. Una ruta dura, de 49 largos, 9 campos y dificultades de 6b en la escala rusa; en la nuestra: VI+, 7b, A3.

Según informa Kopteva, la idea se la dio otro escalador: «Me lo comentó un colega, concretamente Volodin y su equipo. Se inspiraron en esa línea y me la mencionó diciéndome que era hermosa, lógica y segura -recuerda-. Y así fue. Fueron 35 días de una gran escalada, de una gran experiencia de relaciones, de supervivencia y de paciencia. Hubo momentos tensos, pero la ruta es objetivamente muy segura. Los temores y las dudas surgen mientras escalas. Claro que ha sido físicamente y sicológicamente muy duro. Pero somos amigas, y siempre hay apoyo mutuo. Las mayores dudas las tuvimos mientras estudiábamos la línea seleccionada».

La nueva ruta en cuestión consta de cinco partes y, según las protagonistas, tiene una complejidad técnica muy similar a la actividad realizada el año pasado en el Amin Brakk.

Mucha dureza

«Los primeros 18 largos son muy agradables, con escalada fácil en torno al 6a y buenas secciones de A2. Le sigue el primer bastión, con sistema de fisuras que se interrumpen. Una cresta muy simple, pero dura por el tiempo con tormentas, hielo y poca visibilidad. Las cuerdas se cubrían de hielo. Seguimos por unas pendientes de nieve y hielo sencillas y nada peligrosas. Y finalmente un segundo bastión mucho más duro técnicamente que el primero», dice Kopteva.

Como señalábamos, fueron 35 días de actividad rodeada de dureza técnica y dureza climatológica. Y todo ello en estilo cápsula. Sobre este aspecto, Kopteva ha manifestado su opinión: «No ha sido tan ligero. Me quito el sombrero con quienes son capaces de escalar una lógica y hermosa línea muy rápido. Por desgracia, no tengo cualidades para ir tan rápido. Pero tampoco entiendo por qué la gente intenta seguir el estilo occidental. No entiendo por qué no nos sentimos orgullosos con nuestros logros. Por todas las montañas hay reglas y estilos que se imponen. Escalo como mejor puedo, y no todos somos tan fans de lo rápido y lo ligero. No creo que tenga sentido crear patrones e inventar estándars. La gente es muy categórica en sus juicios, y no es un buen signo. Hay que ser sabio y cívico».

Las protagonistas han señalado que, aparte del habitual material para estas paredes, también metieron expansivos. A pesar de estar habituadas a escaladas en grandes tapias alpinas, Marina Kopteva ha afirmado que el murallón escalado intimidaba: «Siempre hay situaciones críticas, como la soledad o los momentos de desesperanza -explica-. La pared era demasiado grande y nos ejercía mucha presión. Desde los 5.500 metros, el tiempo empeoró; parecía un invierno real. Todos los días llovía, hacía frío, teníamos miedo, los pies y las manos ni las sentíamos... Llegando al segundo bastión sufrimos tormentas de nieve. Fisuras heladas, secciones mixtas, dificultad para poner seguros, cima con tiempo asqueroso... Menos mal que al lado estaban escalando unos moscovitas que nos apoyaron con sus ánimos».

Actitud positiva

49 largos en total, con muchos largos de A2 y algunos de A3 en la parte central de la escalada. Mucho trabajo, duro como adelantábamos, pero con un final existoso: «La mayoría del éxito se centra en una actitud positiva, en la comprensión y en el apoyo mutuo entre los componentes del equipo. Y no me olvido de la paciencia y la capacidad de compromiso. No creo en absoluto que nos diferenciemos de los chicos, existe ese desafortunado cliché; nos pasan las mismas cosas».

Este es el resumen de una sobresaliente actividad realizada por la rusa Chibitok y las ucranianas Yasinskaya y Kopteva que, como decíamos, ha pasado literalmente desapercibida.

Una nueva línea firmada por un trío femenino en la Gran Torre del Trango. Una actividad nada habitual para las alpinistas femeninas en ese tipo de escenarios. Pero, lo mismo que el año pasado, este trío ha dejado muy claro que tiene un nivel muy alto. Esperemos que las fronteras idiomáticas (y de otro tipo) no dejen en el olvido actividades como ésta.

nueva ruta

La línea creada por Galina Chibitok, Anna Yasinskaya y Marina Kopteva es la primera realizada por una cordada enteramente femenina en la Gran Torre del Trango.

dureza

El trío necesitó 35 días de escalada para poder superar los 2.580 metros de recorrido de la vía «Mundo paralelo». Su dificultad en la escala rusa es de 6b.

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