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IBILIZ IBILI | Juan Mari Feliú

Harriondo, el pórtico de las crestas de Iparla

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Las denominadas crestas de Iparla presentan un alargado perfil de alturas, con vertiginosas laderas sobre el pintoresco valle de Baigorri y las tierras de Bidarrai. Este pueblo, que se encuentra asentado en una colina sobre las caudalosas aguas del río Errobi, es el primero de Benafarroa que encontramos si venimos de Lapurdi. Además en este lugar entrega sus aguas al Errobi el potente río Baztan, proveniente de los barrancos de Urrizate y Aritzakun, que en su unión dan nombre al venir de tierras baztanesas.

La parte antigua de Bidarrai se encuentra en el citado altozano, donde se sitúa su sobria iglesia, bordeada por un cementerio (s. XII) y casonas solariegas que se remontan a los siglos XVII-XVIII. Por encontrarse en un lugar estratégico de comunicaciones, los habitantes de Bidarrai han protagonizado hechos como negarse a colaborar al mismo tiempo con las tropas de Napoleón y las de su oponente el general inglés Wellington con acciones de guerrillas.

Más tarde, con el mismo sentido de independencia, en 1906 impidieron a 150 soldados y 21 gendarmes el inventario de los bienes parroquiales a consecuencia de la ley de separación de la Iglesia y el Estado.

En este lugar de paso de contrabandistas, perseguidos y peregrinos se celebra en el día del Corpus la tradicional pastoral de «Besta Berri», compuesta de un vistoso desfile-procesión, con una coreografía de uniformes, en parte los que fueron abandonados por los soldados carlistas, tras su primera guerra. Destaca en la entrada del pueblo el Puente de Noblia, que salta el Errobi sobre cinco arcos góticos y en el viejo camino de Baztan, sobre un impresionante torrente el «Infernuko Zubia» (s. XIV), donde, según la leyenda el Demonio, incapaz de aprender euskera, se arrojaría desesperado a las tumultuosas aguas del río Baztan. Más arriba, cerca de la muga, se encuentra Harpeko Saindua, cuyas aguas milagrosas atraen a muchos devotos de la zona.

Una vez dejada atrás la iglesia y el frontón de Bidarrai, estaremos ante el Albergue de Etapa del GR 10, donde podremos aparcar. La excursión se inicia por el carretil de la izquierda del edificio, tras las señales del GR 10 en su etapa Bidarrai-Baigorri.

El carretil nos llevará entre caseríos y prados a un primer cruce de cuatro direcciones, donde hemos de seguir subiendo por el de la derecha hasta el caserío Udaborda, donde termina. Desde aquí, un amplio camino nos conducirá flanqueando las laderas orientales del monte Harriondo, cubierta de robles, sauces y fresnos, hasta alcanzar el collado Pagoa. Desde ahí podemos optar por ganar la cumbre de Harriondo por una amplia senda. En 10 minutos podremos ver una pintoresca panorámica sobre el valle del Errobi, con Bidarrai a nuestros pies.

Tras subir un corto tramo por el perfil del cordal estaremos ante el desvío, donde abandonamos por la derecha la senda que gana las cumbres de Iparla. De este lugar el itinerario continúa por una senda jalonada de marcas de PR (trazo amarillo), que nos llevará tras bordear las inclinadas laderas de las cotas 822 y 905 de Iparla a un saliente altiplano donde se encuentra un grupo de cinco bordas en ruinas (581 m.). Aquí, en el punto máximo de altura de la excursión, podremos admirar por el lado norteño el valle del Errobi y los macizos de Baigura, Urtsuia y Larla. Desde la parte contraria se abren los profundos barrancos de Urrizate y Aritzakun, con el imponente puntal de Irubetakokaskoa que los separa. Al fondo queda el macizo de Gorramendi, y a la derecha los herbosos lomos de Aitzalegi, Anxestegi, Gorospil y Artzamendi.

Desde aquí, nuevamente guiados por las señales amarillas, bajaremos hasta el collado de Latxo, con la vista puesta en las llamativas Peñas de Itxusi, hasta alcanzar una alambrada, cercanos a la borda Laranton.

Por la derecha se contornea los flancos del puntal hasta situarnos en el interior de un barranco. Una vez en la rinconada, cubierta por un exuberante bosquete de abedules, castaños, robles y avellanos, nos situaremos tras pasar junto las ruinas de la borda Legarre a las laderas occidentales de Harriondo. Un manantial se encuentra en el camino y, más abajo, pronto daremos vista a Bidarrai. Tras varias lazadas entre helechales desembocaremos finalmente en una amplia pista de tierra, donde daremos con el GR 10 en su etapa Ainhoa-Bidarrai. Por la derecha y tras pasar junto una casa rural, estaremos en el asfalto, dejando al paso el albergue Etxe-Zaharria, de la Asociación Auñamendi, y poco después se alcanza el lugar de partida.

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