El presidente sirio, Bashar al-Assad, se mostró dispuesto a combatir y a morir en caso de que se cumpla la amenaza de una intervención militar extranjera en la crisis siria y denunció la actitud de la Liga Árabe.

Al-Assad hizo estas declaraciones tras expirar el ultimátum de la Liga Árabe para que cesara la represión, lo que expone al régimen libio a sanciones económicas de sus vecinos.

En una entrevista concedida al semanario británico «The Sunday Times», el presidente al-Assad, en el poder desde el año 2000, insiste en que su objetivo es hacer respetar la ley.

«Mi papel como presidente es ese (...) La única solución es (...) acabar con las bandas armadas, impedir la entrada de armas y municiones desde los países fronterizos (...) y hacer respetar la ley y el orden», asegura.

«Un pretexto»

El presidente sirio acusa a la Liga Árabe de crear «un pretexto» para una intervención militar patrocinada por Occidente, intervención que provocaría «un terremoto» en la región.

Pese a ello, al-Assad insiste en que «Siria no se inclinará nunca» y asegura que está «totalmente» dispuesto a combatir e incluso a morir si tuviera que hacer frente a una intervención de tropas extranjeras.

«Si nos imponen el combate, combatiremos», coincidió por su parte el ministro de Exteriores, Walid Mouallem, durante una rueda de prensa en Damasco. El jefe de la diplomacia siria rechazó las recientes afirmaciones de la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, quien coincidió con su homólogo turco, Ahmet Davutoglu, al advertir del riesgo de una guerra civil.

El pasado viernes, Clinton anticipó una posible guerra civil, «con una oposición muy determinada, bien armada y finalmente bien financiada». Davutoglu coincidió al advertir del riesgo de una guerra abierta.

«Gran noticia para EEUU»

La antecesora de Clinton bajo la presidencia de George W. Bush, Condolezza Rice, entró de lleno al debate y además de insistir en que al-Assad ha llevado a Siria «al borde la guerra civil», confesó que la caída del régimen de Damasco sería una «gran noticia» para EEUU.

Rice, que ahora se dedica a la dar clases de Ciencias Políticas en la Universidad de Stanford y recientemente publicó sus memorias, instó a una escalada de las presiones y sanciones internacionales y apeló incluso a no esperar a Rusia y China para poner en práctica estas sanciones.

«Si no se suman (China y Rusia), debemos hacerlo por nosotros mismos», afirmó durante una entrevista en el programa televisivo «State of the Union» de la cadena CNN.

El ministro de Exteriores sirio minimizó asimismo la importancia del ultimátum de la Liga Árabe y aseguró que todavía sería posible alcanzar un acuerdo sobre la propuesta de los regímenes árabes para salir de la crisis. Eso sí, acusó a algunos de sus miembros de utilizar la organización «como un instrumento para dar alas al Consejo de Seguridad» de la ONU.

Gran Bretaña, Alemania y Estado francés planean presentar una resolución ante la Asamblea General de la ONU condenando la represión en Siria, y cuentan ya con el apoyo clave de muchos regímenes árabes.

Envío de observadores

La Liga Árabe rechazó ayer la petición de Damasco para enmendar una propuesta de envío de 500 observadores, y aseguró que las modificaciones propuestas «cambiarían radicalmente la naturaleza de la misión» que, insistió, «consiste sobre todo en la protección de los civiles».

El ministro sirio denunció esta actitud, asegurando que «el protocolo otorga a los emisarios de la Líga Árabe le da prerrogativas muy amplias, incluso algunos imposibles, ya que podrían suponer la violación de la soberanía nacional». La misión estaría compuesta por miembros de grupos de defensa de los derechos humanos, periodistas y observadores militares.