REAL UNIÓN 1

El Real Unión firmó un empate más difícil de catalogar que nunca. El punto, por un lado, prolonga la buena racha de los irundarras y les permite mantener el segundo puesto pero, por otro, se consiguió ante un rival inédito hasta ayer en su estadio. Un rival que, además, fue muy inferior durante más de una hora, en la que el equipo guipuzcoano pudo haber sentenciado.

Todo sucedió en la segunda mitad. La primera, muy sosa, estuvo caracterizado por el excesivo centrocampismo frente a las nulas ocasiones de gol de dos equipos más preocupados por no perder que por buscar el triunfo, aunque el Real Unión parecía en todo momento el único capaz de decidir la dirección que debía tomar el choque. También fue, recién comenzado ya el segundo tiempo, el que rompió la igualada. Y pudo hacerlo con mayor contundencia.

Pero, en realidad, ese gol fue el principio del fin para los irundarras, que cedieron terreno a un Burgos que supo rehacerse y acabó por empatar. Pudo ser aún peor para el Real Unión, que vio cómo su rival desaprovechaba un par de ocasiones clarísimas para haber conseguido la victoria.

Sin victorias

Lo cierto es que el empate del Real Unión fue lo mejor de la jornada del domingo para los equipos vascos, que saldaron con derrota el resto de los encuentros. La más sorprendente fue la de Lezama, donde el Athletic cayó ante el Guijuelo (1-3). Iván Mateo adelantó a los salmantinos y, aunque Eizmendi empató casi de inmediato, Chema y Edu Espada sentenciaron el encuentro del lado visitante.

Osasuna, por su parte, no pudo asaltar la zona de play-off, al caer en un encuentro repleto de sobresaltos ante la Ponferradina (2-1). Manuel adelantó al Promesas al cuarto de hora de la reanudación, pero Mayor y Domenech voltearon el choque que los rojillos acabaron con ocho por las expulsiones de Carnicer, Bari y Marcos.

El Sanse, por último, sigue sin levantar cabeza. Ayer cayó en Salamanca (2-1), con goles de De la Nava y Jeremy por parte local y Barcina para los donostiarras.