ELECCIONES EN UN NUEVO TIEMPO
Independentismo triunfante en un mapa que exige un acuerdo democrático
Iñaki Iriondo
Ahí está también ese mapa de Euskal Herria en el que el PP, en coalición con UPN -un detalle nada desdeñable- aparece como primera fuerza, y un PSOE que sufre una terrible caída con respecto a los excelentes resultados de 2008, pero que aguanta el tipo por el carácter estatal de estos comicios y se sostiene como tercera fuerza de un país en el que todos los grandes partidos han estado en esta ocasión un puño.
En cualquier caso, el factor a destacar en estos comicios -que no puede olvidarse que son unas elecciones españolas- es que Amaiur no sólo ha obtenido una suma histórica, sin precedente alguno, convirtiéndose en la fuerza más votada en el ámbito del abertzalismo, sino que además lo hace obteniendo representación en los cuatro territorios.
Se equivocó el PNV al tratar de atacar la falta de programa de Amaiur. Y el problema es que no aprende. Ese flanco ya lo atacaron sin éxito con Bildu, en las elecciones municipales y forales en las que su acusación quizá tenía algún sentido, pues se trababa de poder hacer cosas en los ayuntamientos y las diputaciones. Ahora, en unos comicios para elegir un Congreso y un Senado que se sabía de antemano que van a gobernar el capital y el PP con mayoría absoluta, el programa de un grupo minoritario vale lo que su peso en papel.
En las actuales condiciones, lo que se medía ayer en las urnas para los abertzales eran sensaciones, sentimientos, corazón. Cosas de las que los tecnócratas no entienden. En una de sus últimas entrevistas de campaña, el diputado jeltzale Emilio Olabarria decía que votar a Amaiur «es una cuestión de fe y poco responsable». No es fácil saber qué entiende que puede tener de malo la fe el representante de un partido que tiene a Dios en su lema, ni está bien acusar de irresponsabilidad a la ciudadanía. Porque luego ocurre que Iker Urbina, el candidato de Amaiur, te pasa por la izquierda en Araba y sólo te queda el desprecio al electorado.
La incorporación de Aralar a lo que en las elecciones municipales y forales fue la marea Bildu ha permitido que el independentismo de izquierdas sume un apoyo total por encima del de mayo y que lo haga además en un tipo de comicios que no son nada propicios para las fuerzas abertzales.
Importante es también que el PNV consiga grupo parlamentario, porque en un Congreso dominado por una gran fuerza de la derecha española todo lo que sea sumar en la representación de Euskal Herria es importante. Como lo es también el escaño que retiene Uxue Barkos, con la marca de Geroa Bai, y que sería de desear que el recuento de los votos de navarros y navarras residentes fuera del Estado español no devuelva a la coalición UPN-PP.
El PP de Mariano Rajoy tiene mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados y un problema económico enorme ante sí. Pero también tendrá que gestionar las demandas de Euskal Herria, que ahora se le presentan en su propio terreno de juego con un total de trece diputados y diputadas que consideran que el actual marco político necesita ser revisado desde un punto de vista propio de la ciudadanía vasca. Podrá mirar para otro lado durante un tiempo, pero no lo podrá hacer eternamente si las fuerzas abertzales, lideradas ahora por el independentismo, no se duermen en los laureles.