Danielle Mitterrand, viuda del ex presidente francés François Mitterrand y resistente en la Segunda Guerra Mundial, murió en la madrugada de ayer en París a los 87 años. Recordada como «una mujer combativa, comprometida, defensora de los desheredados, de los excluidos y militante de los derechos humanos», fue hospitalizada en septiembre debido a una insuficiencia respiratoria en el hospital Georges Pompidou de París.

Fiel a sus ideas, en 1986 creó la fundación France-Libertés y apoyó activamente la revolución cubana, las demandas de los pueblos kurdo y tibetano, a los mapuche y al presidente boliviano Evo Morales, a quien mostró su respaldo. «¿Vamos a esperar que corra la misma suerte que Salvador Allende para llorar después sobre la tumba de la democracia boliviana?», preguntó entonces.

Siendo primera dama, no dudó en abrazar a Fidel Castro a la entrada del palacio presidencial del Elíseo, durante una visita de líder cubano en 1995. En 1989, provocó el malestar de Beijing cuando recibió al dalai lama. En 1990, renunció en el último momento a viajar a los campos de refugiados saharauis de Tinduf tras una queja de Rabat.

En el 25º aniversario de su fundación, aseguró que su «condición de esposa del presidente me ha colocado en una coyuntura en que se oyen llamamientos innumerables de hombres y mujeres oprimidos».