Estamos en una nueva época política de mayor participación, sin actividad armada de ETA y con la necesidad y disposición ciudadana para resolver los conflictos aún pendientes y construir conjuntamente la paz a partir de este nuevo panorama.

Los resultados de estás elecciones nos marcan el camino que muchos estamos decidiendo con nuestro voto, con la esperanza de que que a partir de ahora quienes ocupen un puesto y cargo de representación política lo hagan con seriedad, responsabilidad y con inteligencia, sin que se repita esa gran lista de conculcación de derechos y de avaricia neoliberal de la que estamos más que cansados y por la que muchos hemos decidido salir a las calles a manifestarnos indignados y descontentos, reivindicando nuestros derechos más básicos como pueden ser, el poder tener trabajo, salud, vivienda y educación.

Hay mucho trabajo por hacer, como, por ejemplo, buscar fórmulas reales de participación ciudadana; solucionar los problemas de paro, despidos y jubilaciones forzosas; acabar con todos los desahucios; conseguir otro tipo de política económica; rebajar y congelar sueldos millonarios a los políticos, comenzando por los senadores; terminar con el nepotismo, la corrupción política; detener todos tipo de recortes sociales; apoyar proyectos ecologistas, educativos, culturales; apoyar a todas las pequeñas y medianas empresas y a todos los autónomos que también alimentan las listas de parados; terminar con la delincuencia e inseguridad social; crear nuevos puestos de trabajo... Y muchos deberes más que habrá que ir cumpliendo a lo largo de todos estos años, sin olvidar que uno de los aspectos más importantes es construir entre todas las personas un panorama de paz, y que para ello es necesario que se permita que Euskal Herria pueda decidir su futuro y que se entienda de una vez por todas que la gran mayoría de vascos y vascas trabaja desde hace muchos años por que se reconozcan y se hagan cumplir todos los derechos, incluido el derecho de autodeterminación y soberanía. Y, con ello, su derecho a ser reconocido como un pueblo.

Por todo esto, a partir de ahora habrá que escuchar cada una de las demandas y reivindicaciones de la ciudadanía y, antes de tomar cualquier tipo de decisión que nos afecte en lo más mínimo, buscar los medios y mecanismos para poder cumplir con una consulta popular en toda regla, garantizando la participación ciudadana en todos los ámbitos. Sin olvidar que habrá que corregir y solucionar problemas de todo tipo, procurando y demostrando a partir de ahora muchas acciones acertadas y justas para intentar recuperar la confianza de toda la gente, confianza que hemos perdido a lo largo de todo estos años, desde el momento en que actos políticos tan irresponsables y poco inteligentes nos han perjudicado hasta tal punto de no poder ofrecer a nuestros hijos una vida digna ni un futuro justo y seguro en todos los aspectos.

Por ello, a partir de ahora estaremos atentos en lo que se hace, lo que no se hace, el porqué, el para qué y las consecuencias de su hacer político.