Araba pide a Gipuzkoa que «renuncie a algunas de sus propuestas» sobre fiscalidad
Se antoja complicado el acuerdo entre las tres diputaciones en la reunión que celebrará hoy el Órgano de Coordinación Tributaria. Las de Araba y Bizkaia (PP y PNV) instan a la de Gipuzkoa (Bildu) a renunciar a sus propuestas, algo que ésta última no parece dispuesta a hacer.
GARA | GASTEIZ
La Diputación foral de Araba aprobó ayer en su Consejo de Diputados el proyecto de norma foral tributaria pactado con Bizkaia y que recupera el Impuesto de Patrimonio para 2011 y 2012, elevando el importe exento de la vivienda habitual hasta los 400.000 euros y el mínimo exento hasta los 800.000 euros. La previsión es recaudar 8 millones con este gravamen.
El diputado general Javier de Andrés (PP) dedicó buena parte de su comparecencia a poner la pelota de la armonización sobre el tejado de la Diputación de Gipuzkoa, gobernada con Bildu.
De Andrés manifestó que la Diputación guipuzcoana «tomó unilateralmente una decisión y se arrojó con una serie de medidas sin tener el apoyo del Órgano de Coordinación Tributaria, donde ni siquiera se había llegado a debatir el asunto».
A renglón seguido, aseguró que lo aprobado ayer no supone «una declaración de partes» sino que está abierto al «consenso», ya que para lograr acuerdos «hace falta renunciar a posiciones iniciales», por lo que Gipuzkoa «tendrá que renunciar a algunas de sus propuestas, si lo que quiere es participar de una fiscalidad armonizada».
El máximo representante institucional alavés emplazó a Lakua a que inste a Gipuzkoa a sumarse al acuerdo entre Bizkaia y Araba, alegando que su postura es mayoritaria -dos contra una- y que por ello el Ejecutivo liderado por Martín Garitano debería rebajar sus planteamientos iniciales.
Otras medidas
De Andrés explicó que su reforma incluye otras medidas como la reducción de la consideración de «joven» de 35 a 30 años, la deducción de 50 euros anuales para los hijos de entre 6 y 16 años o la recuperación del Impuesto de Donaciones.
Desde Gipuzkoa ya se defendió el martes que no aceptará vetos y que la armonización es «interesante» pero que una fiscalidad «progresista y de izquierdas es imprescindible».