Rusia volvió a acusar ayer a EEUU de romper el equilibrio estratégico en el mundo con la instalación del escudo antimisiles en Europa y advirtió de que desplegará en Kaliningrado misiles balísticos del Ejército dotados con equipos avanzados y con ojivas de alta eficacia «suficientes» para superar los sistemas de defensa de la OTAN.

En un discurso televisado desde su residencia en Gorki, el presidente ruso, Dmitri Medvedev, denunció que EEUU y la OTAN han comenzado a instalar un sistema antimisiles en Europa dirigido, oficialmente, a contrarrestar la amenaza de países como Irán, «sin mostrar ninguna intención de tomar en cuenta nuestras preocupaciones».

Rusia, que dice temer que este sistema reduzca a la nada su fuerza de disuasión y ha venido exigiendo en vano su participación, se verá obligada a adoptar, si llega el caso, «otras respuestas» frente a esa amenaza, añadió Medvedev.

Así, ordenó al Ministerio de Defensa poner en servicio inmediatamente una estación de radar del sistema de alerta sobre ataques con misiles en Kaliningrado y reforzar las instalaciones de las fuerzas estratégicas rusas que podrían verse amenazadas por el nuevo sistema antimisiles estadounidense.

«Los cohetes balísticos que entran en servicio en las Fuerzas Estratégicas y en la Armada serán pertrechados con cargas de combate de alta eficacia y capaces de superar la defensa antimisiles», explicó al mandatario ruso, que advirtió de que si todas esas medidas resultan insuficientes «Rusia emplazará en el sur y oeste del país modernos sistemas ofensivos, que garantizarían la destrucción de las instalaciones europeas del escudo antimisiles», declaró. Medvedev añadió que uno de esos pasos sería el emplazamiento del sistema de cohetes tácticos Iskander en Kaliningrado.

El presidente recalcó que el escudo ya están en marcha en Polonia, Turquía, Rumanía y el Estado español «y a nosotros se nos coloca ante hechos consumados», por lo que afirmó que «en caso de evolución desfavorable de la situación, Rusia se reserva el derecho a renunciar a dar nuevos pasos en el ámbito del desarme y, por tanto, en lo que se refiere al control de armamento».

Aún así, insistió en la voluntad de entendimiento de Rusia, aunque advirtió de que si para 2020 no hay acuerdo, el mundo se verá abocado a una nueva carrera armamentística, similar a la protagonizada por Moscú y Washington durante la Guerra Fría, según Efe.