GARA > Idatzia > Mundua

El islamismo y el boicot centrarán las elecciones de hoy en Marruecos

El islamismo y el llamado al boicot del 20F marcarán las elecciones de hoy en Marruecos, salpicadas por las denuncias de fraude y por la alta abstención. Tanto el islamista PJD como la coalición G8, los dos grandes favoritos, se presentan como garantes de la monarquía.

p025_f01_199x108.jpg

GARA |

El islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) parte como favorito en las elecciones legislativas de hoy en Marruecos. Su secretario general, Abdelilah Benkiran, que en las últimas semanas ha ido matizando su discurso contra el Movimiento de protesta 20 de Febrero (20F), ha prometido ser «garante de la monarquía» que, a su juicio, «debe ser protegida y mi deber es protegerla, porque así lo quieren los marroquíes».

En 2007 fue el partido más votado, pero el sistema de recuento le otorgó sólo 46 escaños de los 325 que componen la Cámara, por detrás de Istiqlal, que fue el que formó gobierno y relegó al PJD a la oposición.

Benkiran ha evitado en campaña las cuestiones religiosas para centrarse en temas sociales, dejando atrás épocas en las que llegó a pedir playas segregadas entre hombres y mujeres y la prohibición del alcohol.

«El problema en Marruecos no es el Islam. ¿Por qué voy a hablar a los marroquíes del Islam? Este pueblo es musulmán desde hace siglos, al pueblo lo que le interesa es la justicia, el trabajo, la sanidad, la educación. Si nos llamamos islamistas es para servir mejor a nuestra sociedad», subrayó en uno sus últimos mitines.

Su partido deberá hacer frente a la Alianza por la Democracia -conocida como G8-, que agrupa a ocho partidos de diversas tendencias. Su cabeza visible es el empresario y ministro de Finanzas Salahedín Mezuar.

Aunque durante la campaña electoral se ha cuidado mucho de mencionar al PJD, en sus discursos ha incidido en que esta coalición representa «la modernidad frente al oscurantismo», prometiendo cifras de crecimiento del 7% y la creación de 200.000 puestos de trabajo. Tanto el PJD como el G8 representan «el polo monárquico».

El tercer bloque lo constituye Kutla, que agrupa a la Unión Socialista, a Istiqlal y al Partido por el Progreso y el Socialismo. Estos tres partidos fueron la única oposición legal durante la era de Hasan II, pero desde 1998 han ido perdiendo gran parte del apoyo popular.

Otro de los grandes protagonistas que, sin duda, marcará la jornada electoral de hoy es el llamamiento al boicot del 20F, silenciado por los medios tanto públicos como privados y que le ha costado un centenar de detenciones. Sus dos principales reivindicaciones son el fin de la corrupción y la merma de los poderes del monarca.

Sostienen que estas elecciones no hacen sino consolidar un sistema despótico y falto de «libertad, dignidad y justicia social. Son una pieza de teatro que se presenta al pueblo y los arrestos se producen porque el Gobierno no quiere que salgamos y movilicemos a la gente», subraya Hilana Rizki, activista de este movimiento.

poca credibilidad

Mohamed Madani, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Rabat, advierte que «la criminalización del boicot» y la censura a la oposición ponen en duda la transparencia de estos comicios.

Denuncias de fraude electoral y escasa participación

Las denuncias de fraude planean una vez más sobre las elecciones. Los islamistas aseguran que sus oponentes han tratado de apartarles del poder falsificando votos, una denuncia que ya se ha producido en anteriores comicios. El ministro de Economía y líder de la coalición G8 ha rechazado tales acusaciones, prometiendo «la expulsión de cualquiera que realice estas prácticas», que las atribuye a «acciones independientes de ciertas personas. Este tipo de prácticas siempre han existido en todos los partidos de Marruecos, pero no están impulsadas por las formaciones».

En estas elecciones, además, se medirá hasta qué punto ha convencido la reforma de la Constitución de julio, que otorga menos poderes al monarca pero que, aún así, sigue siendo la figura central del Estado.

De antemano, no parece que haya generado mucho entusiasmo en los electores. Aunque la población adulta ha aumentado con respecto a 2007, cuando se celebraron las últimas legislativas, hay 1,9 millones menos de marroquíes inscritos. Y de los 22 millones de habitantes en edad de votar, ocho millones no tienen el carné de elector, aunque se trate de un trámite sencillo. GARA

represión

El Movimiento 20 de Febrero ha denunciado la detención desde el inicio de la campaña electoral de más de cien personas en todo el país que «han sido sometidas a duros interrogatorios entre una y tres horas».

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo