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TRAS LAS ELECCIONES DEL 20N

El PSOE reparte su sangría entre PP, UPYD e IU

¿Qué formación ha rentabilizado la debacle del PSOE? Tanto PP como IU y UPyD se reparten los beneficios. Los más minoritarios, insatisfechos con el trasvase, abogan ahora por cambiar la ley electoral del Estado español.

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Alberto PRADILLA

Carmen Torres es una estudiante de Económicas de 23 años que ha votado a UPyD, el partido de Rosa Díez, «para que haya más variedad». Ella, que hace cuatro años depositó la papeleta de José Luis Rodríguez Zapatero, se define a sí misma como progresista, rechaza a los dos grandes partidos y representa uno de los votantes tipo que han huido desde las filas socialistas hasta otras formaciones minoritarias. Aunque no la única. La sangría del PSOE en todo el Estado español ha sido histórica. En total, más de 4 millones de personas se han fugado de Ferraz. Muchos optaron por quedarse en casa. Otros han busca- do refugio en las más diversas formaciones. Como reconoció irónicamente Elena Valenciano, directora de campaña de Alfredo Pérez Rubalcaba, el partido que hasta ahora ocupaba el Gobierno ha sido «socialista» en el reparto de sufragios desencantados: PP, IU, UPyD y Equo se han repartido los dividendos de un batacazo histórico. Según una encuesta realizada por Sigma Dos para el diario «El Mundo», el PP ha sido el gran beneficiado. Aunque también se han registrado trasvases hacia partidos ubicados a su izquierda e, incluso, hacia UPyD.

«Los movimientos electorales son más complicados que las sumas y las restas que habitualmente se establecen», explica Joan Font Fabregas, ex director de investigación del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En su opinión, el éxito en las urnas de UPyD, que pasa de los 306.000 votos de 2008 a obtener 1.140.000, es el fenómeno más sorprendente. A su juicio, este meteórico ascenso no se debe a la explotación del discurso españolista, su único argumento desde su fundación en 2007. En este caso, la figura de Rosa Díez como representante del «antibipartidismo» y de un sector «no ideologizado» ha jugado a favor de una formación que pasa de 1 diputado a 5 y que, dependiendo de la benevolencia de la mesa de las Cortes, podría disponer de grupo propio.

Para explicar este flujo de votantes, Font Fábregas recurre al caso de Toni Cantó, el actor reconvertido a político que ha obtenido su acta de diputado por Valencia. Antes de ingresar en UPyD, Cantó formaba parte de una candidatura «vecinal, participativa y ecologista» de Torrelodones que, sin utilizar el discurso tradicional de la izquierda, sí que conectaba con estas sensibilidades. Presentándose como la alternativa a un sistema que registra los niveles más altos de desafección hacia los políticos, UPyD «ha recogido el voto de electores descontentos con el PSOE». Aunque no exclusivamente.

El binomio izquierda-derecha resulta, a juicio del ex director de investigación del CIS, una variable insuficiente para explicar el éxito de Rosa Díez. Especialmente si se tiene en cuenta otro fenómeno destacado en el trasvase de votos. La segunda corriente de sufragios recogidos por UPyD llega, paradójicamente, del PP. «Se trata de gente que, si no hubiese visto clara la mayoría absoluta de Mariano Rajoy, hubiese votado a los populares». Sin embargo, con el camino a la Moncloa despejado para Rajoy, han preferido reforzar una formación que tratará de ejercer de contrapunto a los posibles pactos del nuevo ejecutivo con CiU y PNV. Una de las personalidades que ha abanderado este planteamiento ha sido el locutor ultra Federico Jiménez Losantos, que ya resultó uno de los principales promotores de la candidatura de Rosa Díez. «Hay dos posibilidades fundamentales: votar PP o votar UPyD si se da por hecho que la victoria del PP va a ser en cualquier caso absolutamente aplastante», proclamó el periodista la semana anterior a la celebración de los comicios. Tampoco se puede obviar que el partido de Rosa Díez constituye un fenómeno casi exclusivamente madrileño: 4 de sus 5 diputados los ha obtenido en la circunscripción de la capital del Estado español.

El trasvase por la izquierda

El segundo gran beneficiado de la sangría de votos del PSOE ha sido IU, que ha pasado de los 969.000 a 1.680.000. Aunque el verdadero incremento exponencial está en el número de escaños: de 2 a 11. «Se ha recuperado un voto de izquierdas que en otras elecciones optaron por otros partidos», asegura Ramón Luque, director de campaña de IU. En cifras, y a la espera de que el CIS realice su estudio postelectoral, los responsables de la formación liderada por Cayo Lara cifran el trasvase de votos procedentes de los socialistas en, aproximadamente, medio millón. Todo esto teniendo en cuenta que calculan haber dejado escapar 200.000 de los electores que depositaron su confianza en IU hace cuatro años. «Estamos más que satisfechos», señala Luque, a pesar de que su formación se ha quedado lejos de los 21 diputados que obtuvo en 1996 cuando estaba liderada por Julio Anguita.

En un espacio muy parecido al de IU se encuentra Equo, que también recoge a algunos de los descontentos con el PSOE pero que ha fracasado en su gran objetivo: llevar al Congreso a Juantxo López de Uralde, ex director de Greenpeace en el Estado español. Su único escaño lo obtiene en el País Valencià gracias a la coalición con Compromis, una realidad política ya asentada.

Paradójicamente, formaciones con un programa aparentemente diferenciado como UPyD, por una parte, e IU y Equo, por otra, han encontrado un enemigo común: la ley electoral del Estado español. El mismo 20N, tanto Rosa Díez como Cayo Lara coincidieron en culpar al sistema de su representación. Desde entonces, se han escuchado voces que avalan por sustituir la Ley D´Hont e incluso imponer una única circunscripción. Curiosamente, quienes verdaderamente saldrían perjudicados con la reforma son PP, PSOE y CiU. Sin entrar en un debate que está siendo aprovechado para renovar el discurso nacionalista español, el del sistema electoral constituirá uno de los frentes de batalla de las formaciones del Estado que han aumentado su peso a costa de un PSOE al que todavía no se le conoce su suelo.

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